¿Os acordáis de Hachikō el perro fiel?
Tras la muerte de su amo: la lealtad de una mascota
El 21 de mayo de 1925, el profesor Ueno no regresó; había sufrido un infarto que le provocó la muerte mientras impartía clase en la Universidad Imperial. Sin embargo, Hachi se quedó allí, en su sitio, esperándole. Pasaron los días, que se convirtieron en meses, y los meses en años, y Hachi seguía acudiendo fiel y puntualmente a esperar a su amo, sin importarle si hacía frío o calor; tan sólo esperaba volver a verle.
La devoción que Hachikō sentía hacia su amo fallecido conmovió a los que lo rodeaban, quienes lo apodaron el perro fiel
Una historia preciosa



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