Duele
Fino hilo surca mi piel, enredandome en un disparejo lÃo que me priva de libertad de movimiento. Delgadas hebras rojas, que se hincan con fuerza en mi torso, como afiladas dagas clavandose en mi pecho.
Glacial frÃo que carcome mis huesos, expandiendose por mi esqueletico cuerpo al compás que una irrefrenable sensacion de angustia y panico, desgarrandome poco a poco.
Mi garganta quema, pica, arde y me consume en su fuego, arrancando de mi cuerpo la sensacion de frÃo de cuajo...
Duele.
Mis extremidades apresadas en hilo, duelen.
Las heridas causadas por la presion continua del hilo en mi piel, duelen.
El calor que me inunda, duele.
Duele respirar, duele pestañear.
Duele vivir.
Duele saber que lo que me apresa no es una soga increiblemente delgada. Soy yo, la que me retiene en dolor.
No es el fuego el que arde en mi pecho. Soy yo, que me grito parar. Parar de dañarme. De arrebatarme continuamente mi libertad.
Y por fin, me doy cuenta.
Me doy cuenta de que puedo desatarme, romper las cuerdas que me atan, que me duelen y dañan. De que he podido desde el minuto 0.
Y ya no duele nada...
Â

Â
Â
Â
Â



Comentarios
No se pueden incorporar más comentarios a este blog.