Cibercorresponsales

Una breve historia sobre la historia

Publicado por gines_21 el 23/04/2013 · Categorías: Solidaridad, Creación, Cosas de clase

Como parte de un trabajo de Historia nos pidieron a mis compañeros y a mi un ejercicio en el cual teníamos que plantear un momento en un campo de concentración de la época nazi y como me gustó mucho como me salió he decidido compartirlo con vosotros.

El fin de compartirlo es simplemente para que veáis la crueldad, miseria y penurias que pasaban en esos sitios.

``Eran las seis de la mañana y amanecía un nuevo día en el campo de concentración de Auschwitz.  El Sol brillaba tímidamente a través de la única ventana de nuestro barracón y el frío se disimulaba entre la peste y el calor humano generado durante la noche.  Era invierno, todo estaba nevado y la temperatura era tan baja que era casi glaciar.

Ya llevábamos  más de tres meses en aquel horrible lugar, y apenas habíamos comido. Las fuerzas de todos iban decayendo notablemente y nos solo la fuerza física, sino también la moral.  Muchos niños y ancianos que llegaron junto a nosotros habían muerto a causa del hambre durante estos meses y ya quedábamos solo ``los más fuertes´´. Ansiaba salir de aquel lugar pero mis fuerzas se veían más y más debilitadas a cada día que pasaba. De golpe, todos escuchamos cómo se abrió la puerta y entraba un hombre.

Era un oficial y sin dudarlo entró con su  larga y negra chaqueta, estaba llena de condecoraciones y junto a ella lucía una gorra también negra con una calavera en el frente. Tras entrar gritó: ``Heben sie!´´ e hizo un gesto levantando la mano desde la altura de su cintura hasta poco menos de su pecho.  Aunque ninguna persona de mi barracón sabía alemán todos comprendimos el mensaje: había que levantarse, era la hora de trabajar.

Nos empujaron a todos, apuntándonos con sus pistolas y con sus perros ladrándonos amenazantemente; costaba andar entre la nieve pero eso no era excusa para dejar de andar ya que si lo hacías podrías acabar muerto en el acto.

Finalmente llegamos a la la zona de trabajo, ese día me sentía más débil de lo normal, pero aún así no me iba a rendir. Me dieron un pico, un pico que hoy parecía más pesado que otros días. Finalmente me dispuse a comenzar mi trabajo forzado.

Casi desvanecido y sin fuerzas para respirar empecé a picar.  Piqué una vez... dos... tres... y a la cuarta, me desvanecí para siempre... ´´

Espero que os haya gustado y que hayáis visto cómo eran las condiciones de vida de esas personas que estuvieron allí.