11 de marzo

Aquel día me desperté como todos los días, dispuesto a disfrutar con la presentación de un nuevo videojuego. Nosotros quedamos a las 6:00 en atocha aunque el tren no salía hasta las 8:00.
Al fin llegó la hora. Nos montamos en el tren y apenas había salido de la estación escuché una explosión y una gran ola de fuego venía hacia mí. Solo pude sentir un gran dolor en todo el cuerpo. Vi a todas las personas del tren calcinadas. Aparentemente, era el único superviviente.
Momentos antes de desmayarme, oí una voz de los médicos. Ya no me acuerdo de nada más. A los dos días, me desperté en una habitación, mareado, sin poder moverme, porque me dolían las quemaduras. Entró mi mujer en la habitación del hospital, me vio despierto y fue a llamar a los médicos. Cuando llegaron, me curaron las heridas y me dijeron que me quedaba una semana en el hospital de curas y me darían el alta.
Ahora mismo soy la misma persona de hace diez años, pero con cicatrices por todo el cuerpo.



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