Recuérdales. Siempre.
Sí, hay días en los que no puedes, en mundo es más fuerte que tú, y hasta la más mínima cosa hace que te derrumbes, que te cueste respirar. ¿Pero sabes? En ese momento es en el que te tienes que dar cuenta de las personas que están ahí, aunque tú no te des cuenta, están. Y darían todo por no verte sufrir, por verte sonreír, y reírte por alguna cosa sin gracia. Piensa en ellos, en los momentos que habéis pasado juntos, en los días sin hacer nada en los que te divertías como nunca. En los que sólo con estar en su compañía, todo cambiaba. Por eso, aunque todo vaya mal y pienses que quieres acabar con todo, recuérdales. Y mírales a la cara, y diles cuánto te importan.



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