Cibercorresponsales

No quiero que nadie viva algo así nunca.

Publicado por its_m.eery el 17/11/2019 · Categorías: Pensamientos, Sobre mí, Salud, Reflexiones, Violencia, Sentimientos

No sé ni como empezar este post.

Sinceramente, llevo como media hora buscando el mejor título, y el que veis, es sin ninguna duda el que mejor representa todo lo que vais a leer a continuación.

Antes de empezar, quiero avisaros de que es una historia que he vivido yo, y que para algunas personas puede resultar hasta muy fuerte, así que, por favor, no terminéis de leerlo si os afecta muchísimo.

Cuando vivía en Sigüenza, en casa, vivíamos cinco personas cuando yo era pequeña: mis dos tíos, mi abuela, mi madre y yo.

Todo era perfecto dentro de lo posible, yo era una niña feliz, con una familia unida, con la cual tenía absolutamente todo lo que necesita alguien en la vida, pero sobre todo, tenía amor.

Cuando tenía seis o siete años (si no recuerdo mal), mi tío pequeño se fue a vivir con su novia, a un piso que literalmente estaba subiendo cinco escaleras.

Bien, voy a avanzar bastante.

Cuando tenía 12 años, todo seguía genial, aunque fuéramos cuatro en casa, era una familia perfecta.

Pero claro, nada puede ser tan perfecto, ¿verdad?.

Mi madre quiso contarle a mi abuela mi orientación sexual, pero sin ninguna mala intención, simplemente quería que todas las personas de casa lo supieran.

Cuando mi madre se fue al trabajo (a las 07:50 aproximadamente) mi abuela empezó a insultarme, a decirme que eso no era de una persona normal, que era una zo***.

Obviamente, traté de no darle la importancia que parecía tener, e ignoré por completo lo que había pasado.

Con el tiempo, vi que me equivoqué, porque cada vez me atacaba más.

Mi tío mayor y mi madre, siempre estaban ahí, defendiéndome y apoyándome, y con eso me bastaba.

A mi abuela, poco a poco, el parkinson y la demencia se le iba notando más, y más, hasta que se volvió una persona totalmente inválida, por así decirlo.

Ahora avancemos a los 15 años.

Mi vida dio un cambio de 360 grados, por un motivo (que no voy a contar, porque es muy personal), el cuál a mi no me afectó nada, pero a mi tío mayor si.

Parecía que iba perdiendo poco a poco la cabeza, y cada vez se le notaba más.

En mi casa solo podías oír gritos, golpes (materiales), llantos, etc.

Este verano..., voy a tratar de decirlo de la forma más suave posible..., pensaba que no os iba a escribir este post nunca.

La voces cada vez eran más fuertes, los golpes, yo pasé de llorar a muchísimos ataques de ansiedad, mi madre también, nos pasábamos el día en la habitación, mi abuela necesitaba una residencia, etc.

La situación no mejoraba en absoluto, yo empecé a cortarme de nuevo, a irme de casa sin avisar, a refugiarme en alcohol, dejé de comer un mes y medio, etc.

Pensaba que era la única forma de poder evitar el problema, beber y olvidarme de todo, dar vueltas, gritar, pegar a la pared, etc.

Recuerdo perfectamente un día, en el que mi tío estaba insultando a mi madre, y yo le grite, le supliqué que parara, e intentó pegarme.

La ansiedad, las ganas de reventar algo, lo inferior que me sentí, es increíble.

Estuve a punto de llamar al 016, pero mi madre me suplicó que no lo hiciera, que en Septiembre nos íbamos a ir de ese infierno.

También recuerdo otro día, en el que me iba a ir una semana con mi amiga a Guadalajara, y antes de irme, sin ningún motivo, me soltó que estaba así por mi culpa, que debería estar muerta.

Sin duda, fue una de las cosas que aún llevo conmigo del daño que me hizo.

Hasta que por fin llegaron las fiestas de mi pueblo, que sin duda fueron mi salvación.

Mis amigos estuvieron apoyándome en todo, hicieron lo que pudieron para que disfrutara sin alcohol y me olvidara del tema (a ver, no me prohibieron beber, pero estaban todo el rato pendientes de mi), etc.

Una amiga me dejó quedarme con ella dos días, para poder pasar la noche bailando y no tener que preocuparme de a que hora volver a casa.

Después de esto, me estuvieron ayudando muchísimo para que pudiera recuperar las asignaturas que me quedaron (lo cuál me fue totalmente imposible, porque estaba muy mal emocionalmente, y sentí que no iba a poder, y tiré la toalla).

A todo esto, dos días antes de las recuperaciones, gracias a Dios mi abuela entró en la residencia de mi madre.

Poco tiempo después de las recuperaciones, por fin me vine a Guadalajara, y, ¿queréis que os sea sincera?.

De toda la rabia, odio, tristeza, etc., que llevaba acumulando meses, salió, y mi reacción al salir de Sigüenza fue llorar.

Ahora, como en todos los post así, os voy a hablar del presente.

Mi vida a cambiado muchísimo a mejor, pero muchísimas veces me acuerdo de todo, y me dan ganas de llorar, porque me equivoqué en muchísimas cosas: deje a mi madre totalmente hundida sola en casa con la situación, me refugié en cosas que no me convenían nada, me hice daño a mi misma, etc.

No quiero seguir hablando más del tema, porque sinceramente no tenéis ni idea de como estoy llorando tan solo de recordarlo.

Pero antes de irme, quiero que sepáis que si estáis pasando por una situación así, no cometáis mis errores, y me tenéis aquí para apoyaros, ayudaros, aconsejaros, etc., en lo que haga falta.

Y si conocéis a alguien que esté en la misma situación, ayudarle, estar ahí para lo que necesite, porque creerme, esa persona es la que más hundida está, y la que más os necesita.

Y esto va para todos, cuando tengáis un problema difícil, no lo evitéis, ser fuerte, y enfrentaros a el, solos o con ayuda, pero por favor, no hagáis lo que yo hice.

Gracias a todos, y hasta la próxima.  ❤️

(pd, si está un poco mal escrito lo siento muchísimo, pero no me gusta hablar mucho del tema, y lo he escrito bastante rápido)