Un divino Ricky levanta las cejas de la NBA con un triple doble de fantasía
Las víctimas de semejante torrente de buen juego fueron los Mavericks.
Antes del partido, José Manuel Calderón le confesaba a Marca que si vienes de ganar a grandes equipos como Oklahoma, no es fácil salir con ese nivel de concentración contra otros equipos en teoría más asequibles, como Boston. O como los Wolves de Minnesota.
Gran verdad. Los Timberwolves cogieron a los Mavericks con el paso cambiado. El equipo de Rick Carlisle ha sido bastante regular toda la temporada, pero también ha dado muestras de agotamiento psicológico en algunas fases de la liga. Aun así, en Dallas se vio un partidazo de baloncesto de auténtico nivel de playoff.
Para el espectador español, ver a Rubio y a Calderón como hombres clave de sus equipos en esta fase clave de la temporada, sólo puede significar una cosa: que la ÑBA dará mucha guerra en el próximo mundial.Los aplausos que levanta Calderón y la admiración permanente que provoca Ricky Rubio en plazas de la NBA como Dallas, son síntomas del rol que ambos jugadores tienen en la NBA.
Ricky Rubio fue un monstruo de seis cabezas que se merendó a los Mavericks con unos impresionantes22 puntos, 15 asistencias y 10 rebotes. El triple doble del base español, absolutamente desatado, fue histórico y épico: anotó como le dio la gana, se hartó de hacer penetraciones a canasta y pasó el balón con un maestro.Sumemos a eso 35 puntos de Kevin Love y su gran defensa sobre Nowitzki, y sale la cuenta de la derrota de los Mavericks.
En el primer cuarto, unos Timberwolves liderados por un Ricky Rubio en su versión premium fueron demasiado para unos Mavericks que muestran cierta erosión inmediatamente después de las grandes batallas.
Lo cierto es que cuando Minnesota corre y le funcionan sus mejores hombres, Rubio y Love, son un equipazo de baloncesto. El ritmo de juego impuesto por el base de El Masnou fue un auténtico dolor de cabeza para los locales: cambios de ritmo, robos, contraataques y suministro sin fin de balones de oro a Kevin Love. Love le debe a Rubio muchas canastas y parte del jugadorazo que es, sin duda.
En un primer cuarto plácido y cómodo para los Timberwolves los Mavericks, perdidos en la cancha, demostraron ser incapaces de frenar a Ricky Rubio y a sus acertados compañeros. El primer cuarto finalizó con un claro 24-37 para los Wolves.
Pero a veces los Mavericks necesitan verse hundidos para regresar a la excelencia.
Si el rival no les motiva lo suficiente, una remontada épica cuando todo parece perdido substituye esa falta de motivación. En el segundo cuarto, Calderón (12 puntos), Carter y Nowitzki tuvieron un momento lúcido e intenso en ataque y consiguieron recortar una desventaja que llegó a los 22 puntos a sólo 7 en el descanso. Sin embargo, no le resultaba fácil al equipo local recortar diferencias.
Ya en el tercer cuarto los Mavs continuaron haciendo la goma. La mala defensa local no conseguía parar a los buenos tiradores visitantes. Por su parte, Calderón mantenía las distancias, consiguiendo dos canastas que no perforaron la red pero que fueron concedidas como tapones ilegales.
Como contraste a la irregularidad del ataque de los Mavs, el acierto ofensivo de los Wolves era demoledor. Especialmente el de Kevin Love, que metía canastas como un ariete a base de altura y fuerza o sutilmente como un bailarín. Su versatilidad y clase asustan a cualquier rival, y ayer nadie de Dallas supo parar al jugador de Santa Monica.
Los ataques de Mavericks eran como poco, caóticos. Sólo Carter mantuvo a su equipo en liza tras algún fallo que otro de un Nowitzki, algo agotado. Al final del tercer cuarto el resultado era de 87-94 a favor de Minnesota.
En el último cuarto, Ricky Rubio rompía todos sus récords de buen juego y, solo, o en compañía de otros como Kevin Love, deshizo la defensa local con una maestría digna de un all star. Los Mavs seguían por detrás en el marcador, a tirones, y el base español de los Wolves impedía que los locales se acercasen con sus canastas y asistencias, como la que le regaló a Hummel para que pusiese el 92-104 a falta de 7 minutos para el final.
Pero, en su comportamiento estilo goma de tirachinas, los Mavs se acercaron a 6 puntos a falta de 4 minutos para el final gracias a un gran Ellis: un fallo en ataque de Love, que se vio encerrado entre tres jugadores locales y un triple impecable de Monta Ellis, dejaron a unos ciclotímicos Mavs a 2 puntos de sus rivales, 107-109 a falta de 3 minutos. Otra vez el pistolero Ellis colocaba un triple que dejaba a los Mavs empatados a 110 a falta de 2 minutos. Todo lo anterior no valía para nada y comenzaba un nuevo partido con ventaja psicológica local.
Un tercer triple de un Ellis tocado por la gracia de los ángeles hacía saltar la banca hasta un 111-113. Ricky Rubio, agigantado, se jugaba ataque tras ataque sufriendo faltas por todos los lados. Le tocó ir a la línea de tiros libres y respondió muy bien: 113 iguales. En los últimos 50 segundos del partido, Nowitzki falló un triple que no había por qué tirar y el último ataque de los Wolves, Hummel falló el triple de oro.
Tocaba prórroga
En el overtime, Nowitzki y Ellis lo metieron todo y Rubio continuó impresionando a un pabellón texano que sufría como nunca a un base español en modo infabilidad papal. Por su parte, Kevin Love consiguió tirar 5 tiros libres seguidos, acertándolos.
Sólo un gran fadeaway de Nowitzki ante un pegajoso Kevin Love consiguió levantar a los Mavs de una mini-depresión sufrida durante el tiempo extra. Love respondió en la siguiente jugada destrozando la defensa local y zafándose hasta de 3 jugadores para colocar el 122-123
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