Trescientos sesenta y cinco días

(De antemano gracias por tu tiempo)
:)
-¿Cuánto de compleja puede ser la mente humana?
-Urano, amigo mio... ¿La mente?
-Si, es decir ¿Cómo es posible qué pase de amar a odiar en tan poco tiempo?
-... La mente de un humano es cómo plastilina, desde que es pequeña hasta que muere no deja de moldearse, de aprender cosas nuevas. Se vuelve compleja porque la vida lo es, la vida está llena de complejidad y de la más insospechada sencillez. Una mezcla, querido Urano, la cual hace que todo esto sea complicado de entender, o pueda ser que no estemos en condiciones de entenderlo.
-¿Algún día lo entenderemos?
-Quien sabe... Pero dime algo ¿A qué viene todo esto? Conozco tu carácter ¿Qué es lo que te preocupa?
-Debes de saberlo mejor que nadie.
-Lo sé, te conozco demasiado bien.
-Aconséjame pues, por favor.
-El amor es de las cosas más delicadas que puede llegar a sentir un ser humano, puede cambiar a una persona ya sea para bien, o para mal. Es decir, puede hacer de la tristeza, alegría. Pero también puede transformar la más dulce de las alegrías en el más amargo ajenjo. Es cuestión de tiempo que lo entiendas, tan solo sigue escuchándome atentamente. Aquí donde me ves, también yo me hice esa misma pregunta, esa que tanto tiempo lleva colmándote de impaciencia ¿Cómo puede justificar que la quiera?
-¿Pero el la quiere?
-Comprendo que sea algo contradictorio, pero si, si que la quiere. Lastimosamente para si mismo, la quiere. Pero créeme que no cómo lo haces tú.
-Si eso es así, si la quiere de verdad, ¿por qué menosprecia su trabajo?
-Porque es alguien con miedo. Miedo de que ella se aleje. Miedo de quedarse solo.
-¿No debería entonces de quererla cómo al principio?
-Así debería de ser Urano. Pero sabes que el bien tiene que estar compensado por el mal, tiene que haber un equilibrio. Y el equilibrio conlleva aprender a equilibrarte en la cuerda floja que es la vida. Cuerda suspendi da no sobre un acantilado, sino sobre la ignorancia que este mundo nos vende. Ella debe de ser muy femenina, muy arreglada, siempre servicial a el. Para ellas el rosa, para ellos el azul. Ellas delgadas, ellos fuertes y siempre dispuestos a protegerlas. Desde cosas cómo esa se ve marcada violentamente una diferencia inexistente.
-¿Pero protegerlas de qué?
-Esa es la cuestión, pero fíjate y recuerda su infancia, recuerda los cuentos típicos. ¿No era el caballero quién salvaba a la princesa del las garras del dragón? Créeme que no vi dragones por Londres, ni sobrevolando Madrid. Hoy en día los dragones duermen cerca de la princesa, que no puede mover un dedo sin informar tres veces de lo que va a hacer. Quien cómo si fuese su padre le pide explicaciones de a donde va y de a quien va a ver.
-¿Por qué ella no se va? No es feliz a su lado, sus ojos ahora destiñen al mirarlos... Se fue el brillo de felicidad que tenían, sus ojeras los han tapado.
-No es fácil esa elección. Ella al igual que la princesa de los cuentos vive encerrada en una alta torre, rodeada de agua y plagada de cocodrilos. Solo que en la actualidad los castillos tienen dirección y código postal. Pero en igualdad tienen a un malo que las perturba. Debes d...
-¡Espera... Necesita irse de su lado, lo sé!... No hace más que desear que pare. Estoy seguro, sus manos volvieron a tocarla pero no con dulzura. No hace más que gritarla y pedirle explicaciones por una llamada que hay en su teléfono móvil. Ella tiembla, sus lágrimas salen descontroladas, la sangre que gotea de su boca me pide auxilio. El ha parado, se aleja, ella desconsolada se sienta con la espalda apoyada en la pared y la cabeza entre sus rodillas. El desde la cocina le grita que nadie se fijará en ella con lo gorda que está. No le reconozco. Jamas imagine que el pudiera llegar a esto, a golpearla, a no hacer más que decirle que no vale para nada, a romper sus cuadros cada vez que los termina, a tirar sus pinturas por la ventana... Ahora, ahora no hace mas que golpear la pared y decir que la quiere, que no quiere que la hagan daño, que la ama tanto que seria capaz de clavarse el cuchillo que lleva en la mano. Pero miente, como esta y tantas otras miles de veces. Es cobarde hasta para eso. Pero ella ya no escucha, no escucha lo que tantas veces le repite, lo tiene asumido. No hace más que recordar el momento en el que el tiró sus pinturas por la ventana, no hace más que recordar el dibujo que hizo después en el que se veía a una paloma emprender el vuelo desde una ventana... Ahora sujeta ese dibujo entre sus manos, el la ve y arremete enfurecido contra ella, dice que quiere más a esos absurdos dibujos que a el. Ella está en el suelo y el coge los oleos que guarda a escondidas detrás del cajón, tímidamente baja su cabeza, ella estaba convencida de que el no sabia que ese era su escondite. Creo que acaba de tirar contra la pared el color que a ella mas le gusta. Siento un leve olor a pintura. Los otros los pisa y con violencia agarra sus temblorosas manos y las restriega contra el suelo teñido, estoy seguro de que sabe que esos se los regalo ese primer amor que tuvo, ese que desde hace tanto que ella no ve. ¿Qué es lo que ocurre ahora? Siento una sensación extraña...
-Es lo que te iba a decir antes de que me interrumpieses. Ella en breves momentos vendrá aquí con nosotros.
-Sus latidos empiezan a apagarse, apenas escucho su aliento.
-Ella no sobrevivirá, el acaba de asesinarla. Ya es demasiado tarde para que puedan reanimarla.
-Pero entonces fracasé... No pude ayudarla, no me dio tiempo a hacer que viera y escogiera la salida, aunque...
-Esta a pocos momentos de llegar, ¿Estás seguro de lo qué estas pensando? Conoces las consecuencias de esa acción.
-No pude ayudarla a ella pero aun ahí de donde ella viene quedan mas problemas como este. Debo de informar, de concienciar sobre esto, de hacer que los dragones vuelvan a ser caballeros por si mismos, y que las princesas dejen de tenerle miedo al dragón. Que vean que no hay distinciones entre ellos, que hombre y mujer son iguales.
Estoy seguro, destierrame.
-Jamás volverás aquí, ve y cumple con lo que pretendes. Se uno más de ellos y no te rindas. En cuanto llegues lee la nota que habrá en tu pantalón, será la ultima comunicación que tendrás con todos nosotros.
-XX: Gracias. y gracias por todas aquellas personas a las que les servirás de ayuda.
Desde los malos tratos hasta el maltrato que no deja marcas, el psicológico. La igualdad es obvia, no la ignores. Concienciarnos de lo que sucede es el primer paso para el cambio, busca ayuda si la necesitas. Agarrate, pierde el miedo y cruza la cuerda floja.
Y tu, el que observa y no ayuda, ni tampoco denuncia porque alega que no se mete en cosas que no son de su incumbencia ¿Caístes y te aferraste a la felicidad que da ignorar, o prefieres mantener el equilibrio y amarrarte de verdad?
No solo un día la no violencia se debe de celebrar. Trescientos sesenta y cinco días hay para recordar.
“En la calle del miedo, edificio 3”



Comentarios
partyflipa - hace más de 11 años
Qué pasada de relato. Me quedo con esta parte: "Recuerda los cuentos típicos. ¿No era el caballero quién salvaba a la princesa del las garras del dragón? Créeme que no vi dragones por Londres, ni sobrevolando Madrid. Hoy en día los dragones duermen cerca de la princesa, que no puede mover un dedo sin informar tres veces de lo que va a hacer. " Gracias.
nacho - hace más de 11 años
Este relato me ha parecido realmente conmovedor. Ojalá se acabase ya la violencia.