El diario
Casi todo el mundo tiene un diario propio. Ese cuaderno en el que escribes lo que te ha pasado en el día, lo que has sentido, con quién has hablado, quien te ha hablado... El día entero escribes.
En especial, las chicas tenemos un diario, y de pequeñas nos comprábamos eso cuadernos con boli mágico de tinta invisible y que sólo se veía con una linterna especial que guardabas bajo llave y, claro, el diario con candado y la llave me la llevo a todos lados, ni mi madre podía tocarlo.
Pero, aunque no fuéramos todos, seguro que casi todos nos preguntamos dónde surgió el diario, cúando y por qué, pues os voy a contar cómo surgió.
Fue en el siglo XIX, en Nueva York, una chica de 18 años, de pelo moreno y ojos azules, llamada Alicia. Un día por la mañana, llevaba sus libros en la mano y una pluma. Estaba pensando en lo que pasaría ese día, lo que haría al salir de la escuela y al llegar a casa, y si hablaría con el chico que tanto le gusta del colegio enfrente al suyo.
Llegó el autobús, se subió y, al no haber sillas para sentarse, se sujetó en una barra y contempló a los del autobús hasta que llegase a su parada. A su lado, había un señor mayor, posiblemente de la edad de su padre, con bigote gris, un sombrero y un traje. Delante suya, había dos filas de asientos con el respaldo apoyado en la pared. A su lado, había una mujer con un vestido verde muy llamativo dando la mano a un caballero con traje. Enfrente de ellos, había una familia, una madre, una niña pequeña y un niño un poco más mayor. Había al lado de la familia un chaval que estaba mirando de arriba a abajo a un chica con vestido amarillo enfrente de él.
Llegó mi parada y un caballero le cedió la mano para ayudarla a bajar, la dio las gracias y se dirigió a la escuela. Vio a sus amigas y fue a hablar con ellas, y detrás de ella estaba el chico que la gustaba. Con su traje negro y su camisa blanca. El pelo rubio que decía que estaba perfectamente peinado, y sus ojo verdes con el centro marrón. La campana sonó y entró en su colegio.
Alicia era una buena estudiante, de notables y algún que otro sobresaliente, pero pocos. Cuando terminó el colegio eran las cuatro de la tarde. A la salida, se encontró con el chico que le gustaba y este se acercó a ella. Su pusieron a hablar y a hablar, se enteró hasta de su nombre, Matías.
Matías le ofreció acompañarla a casa y esta accedió, se pusieron a dar un paseo hasta llegar a la puerta de Alicia, y justo en la puerta, su pluma se le cayó al suelo, Matías se la recogió y se la dio y sus dedos se rozaron. En el rostro de Alicia apareció una sonrisa de oreja a oreja. Matías la dio un beso en la mejilla y se despidió de ella.
Alicia entró en su casa, saludó a su madre y fue a su habitación y sintió la necesidad de contárselo a alguien. A su madre no podía, no lo aprobaría. ¿Su padre? le investigaría y averiguaría si es de buena familia para contraer matrimonio. ¿Sus amigas? no la apetecía salir ahora para hablar con ella y mandarlas una carta tardaría días. Entonces se acordó de cuando su pluma se cayó al suelo. Se acercó a su escritorio y cogió la pluma que le regaló su tía por su dieciocho cumpleaños, cogió un trozo de papel y empezó a escribir lo que la ocurrió en su hoja. Lo de Matías, lo que había sentido, de lo que habían hablado... hasta escribió lo que esperaba que ocurriese mañana.
Al día siguiente, Matías fue a recogerla a su casa para acompañarla al colegio. Fueron en autobús y siguieron hablando, de quedar para tomar algo, o ir al cine, o dar un paseo... se separaron a la puerta de su colgio y cuando salieron, Matías volvió a acompañarla a su casa y la volvió a dar un beso en la mejilla para despedirse. Esa misma tarde, Alicia apuntó en su papel lo que la pasó y l guardó junto con la hoja qe escribió ayer.
Pasaron varios días, y Alicia les contó a sus amigas lo que estaba sucediendo con Matías y a quien se lo estaba contando, ellas preguntaron por quien y ella respondió que se lo contaba a su DIARIO todas las tardes al llegar a casa, y que les acompañaba la pluma, imprescindible para hablar con el diario.
Pasaron los meses, y el diario de Alicia se fue haciendo más y más grande. Matías y ella se casaron y tuvieron un niño y una niña. Cuando sus hijos se hicieron mayores, tuvieron cinco nietos. Y, los últimos días de Alicia, su diario se lo dio a su nieto más pequeño para que lo compartiese con sus hermanos, primos y futuros hijos.
Así surgió el diario, de una chica del siglo XIX en Nueva York tras caerse una pluma, y hoy en día millones de chicas utilizan un cuaderno para contar su día a día.




Comentarios
flashali - hace más de 11 años
La verdad es que yo nunca usé diario... No soy muy femenina, he de reconocer... Pero está interesante el post. ¿Es verdad la historia? :)
forever - hace más de 11 años
mmm... te dejo con la decisión de creértelo o no, al fin y al cabo, uno se piensa si son verdad o no las cosas si realmente cree en ellas :D
partysummer - hace más de 11 años
Yo creo que es una historia de ficción, el uso del diario estaba ya en los barcos con los libros de bitácora, en los cuales el capitán del barco iba escribiendo los sucesos, rumbos y fuerzas del viento de cada día de navegación.
partyflipa - hace más de 11 años
¡Me gusta mucho! Creo que es de lo más original que te he leído hasta ahora jejeje Me surge un debate relacionado con el feminismo: ¿por qué crees que las chicas usan más diarios?, ¿será verdad?, ¿somos más comunicativas? (Uy, ¡fíjate túuuu!, una idea para otro post!! jajajaj)
spidrmancoy - hace más de 11 años
Me encantó la historia, me la estaba creyendo, hasta que leí: Llegó MI parada y un caballero le cedió la mano para ayudarla a bajar, Se te fue la tercera persona jeje
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