Ella...
A veces me encantaba mirarla desnuda...era como volver en un amanecer a casa, después de una noche en el mejor garito de la ciudad. No sabia ni donde estaba.
Quizá me encontraba frente a ella, queriéndola a bocados, mordiéndola a miradas, besándola a suspiros.
No hay paz para la guerra entre...


