MICRORELATO
Y allí estaba yo, perdido y asustado, sobretodo perdido, no sabía ni a donde ir, ni que hacer, ni como combatir esa sensación de terror que me recorría por todo el cuerpo. Unos segundos más tarde, oí la voz de mi amigo Jones, cada vez más cerca mía:
- ¡Despierta Kevin! ¡Vete de ahí! ¡¡¡Vamos!!!
Tardé unos instantes en reaccionar, pero cuando lo hice era demasiado tarde.
Al despertar estaba desorientado, lo primero que vi fue un cielo claro que daba luz a la habitación donde estaba situado, una habitación donde nunca había estado. Con las paredes blancas y unos muebles no muy grandes, supe que estaba en el hospital. Minutos más tarde, pude comprobar que mis teorías sobre el lugar donde me estaba alojando eran ciertas, ya que entró una mujer de pelo oscuro y corto, con una bata blanca, la enfermera. Ella me miró y yo le miré. Nos miramos un tiempo sin saber que decirnos. Hasta que pregunté:
- ¿Me pondré bien?- era una pregunta arriesgada, dependiendo de su respuesta podría cambiar mi estado de ánimo a mal o a bien (espero que a bien).
- ...- Dudó unos instantes en responder, estuvo un largo rato mirando unos papeles extraños y se atrevió- Claro que sí. En unas semanas estarás perfectamente.
Respiré de alivio, me alegré y le di las gracias a la enfermera que me había devuelto la esperanza de la vida. Una vida donde no puedes saber lo que te espera, donde no se sabe si morirás hoy o mañana, si te tocará la lotería o si jugarás la copa del mundo con tu selección. Lo único que se es que hay que disfrutar hasta reventar.



Comentarios
josejuan - hace más de 9 años
Muy interesante, Marc. Y muy bien escrito. ¡Espero que nos sigas sorprendiendo con más literatura joven!
rakelbiblio - hace más de 9 años
me recuerda un poco a Max de "donde viven los monstruos" cuando su habitación se volvió el mundo entero... Sí, la vida hay que vivirla intensamente, gracias
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