El Silencio de Lara
Capítulo 1: El Silencio Interior
Lara se sentó en la última fila del aula, sus dedos jugueteando con el borde de su falda. El murmullo de los compañeros llenaba el espacio, pero para Lara, era como si existiera en un mundo aparte. Su timidez la envolvía como una manta invisible, impidiéndole hablar más allá de monosílabos y susurros.
La maestra, la señorita Martínez, continuaba con su lección sobre los verbos irregulares en español. Lara conocía las respuestas, pero no podía pronunciarlas en voz alta. Las letras se enredaban en su garganta, como hilos frágiles que temían romperse. Su madre decía que Lara había hablado cuando era pequeña, pero algo cambió. Algo que nadie podía entender.
El timbre sonó, anunciando el receso. Los compañeros se levantaron, charlando y riendo mientras salían al patio. Lara permaneció en su asiento, sintiendo el peso de su timidez. ¿Por qué le costaba tanto hablar? ¿Qué había perdido en el camino?
La chica de la fila de al lado, Sofía, se acercó. Sus ojos curiosos buscaron los de Lara, como si intentara descifrar el enigma que era su compañera. “¿Por qué eres tan callada, Lara?” preguntó en un susurro. “¿Qué te pasa?”
Lara deseó poder responder. Quería decirle a Sofía que no era por elección, que su voz estaba atrapada en algún lugar entre la garganta y el corazón. Pero solo pudo encogerse de hombros, sus ojos llenos de frustración.
Sofía asintió comprensiva. “No te preocupes”, dijo. “Vamos a ayudarte a encontrar tus palabras. Juntas.”
Y así comenzó la búsqueda de las palabras ocultas en el corazón de Lara, una búsqueda que la llevaría a lugares inesperados y la conectaría con quienes estaban dispuestos a escuchar más allá del silencio.
Lara se encontraba en un laberinto de emociones, donde cada pasillo estaba marcado por su incapacidad para expresarse. A veces, las palabras parecían tan lejanas como las estrellas en el cielo nocturno. ¿Cómo podía romper ese silencio que la aprisionaba?
En casa, su madre la observaba con ojos preocupados. “Lara, cariño, ¿por qué no hablas?” le preguntaba una y otra vez. Pero Lara solo podía encogerse de hombros y mirar al suelo. Las palabras se escondían detrás de sus dientes, como pájaros asustados en un nido.
Sofía se convirtió en su aliada silenciosa. Juntas, inventaron un lenguaje secreto de miradas y gestos. Sofía le pasaba notas en clase, palabras escritas con tinta azul en papel arrugado. “Eres valiente”, decía una de ellas. “Tu voz está en algún lugar dentro de ti”, decía otra.
Un día, durante el recreo, Sofía la llevó al rincón más apartado del patio. Allí, rodeadas de árboles y hojas crujientes, Sofía le susurró: “Cierra los ojos, Lara. Imagina que tus palabras son mariposas. Deja que revoloteen en tu pecho y encuentren su camino hacia afuera.”
Lara cerró los ojos y respiró hondo. Las mariposas aletearon en su interior, buscando una rendija por la que escapar. Y entonces, con un susurro apenas audible, Lara dijo: “Gracias, Sofía”.
Sofía sonrió. “De nada, Lara. Juntas encontraremos tus palabras.”
Y así, en ese rincón de silencio y complicidad, comenzó la travesía de Lara hacia su propia voz. Una voz que no necesitaba gritar para ser escuchada, sino que se deslizaba como un suspiro entre las hojas de los árboles.



Comentarios
chupiparty - hace cerca de 1 año
Pero bueno....esto es... ¡Fantástico! En tu historia he reconocido la de muchos niños y niñas introvertido s que tienen muchos problemas para expresar su inmenso mundo interior.
Está súper bien escrito. Te felicito. Ojalá volver a tener muchos capítulos pronto. 👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼
rulparty - hace cerca de 1 año
¡Vaya!
Qué top, ¿no?
¡Bravo!
Queremos más capítulos.
Chinato - hace cerca de 1 año
Simplemente me ha encantado 👏👏👏
milk - hace cerca de 1 año
muy buen post
zuzu - hace cerca de 1 año
¡que bonito, jo!
violeta - hace cerca de 1 año
¡¡¡que guay!!! me ha encantado. Una muy buena manera de dar a conocer un libro 😊