El silencio de Lara Cap-2
Capítulo 2: El Susurro de las Mariposas
El patio de la escuela se llenó de risas y gritos, pero Lara y Sofía se encontraban en su rincón secreto, rodeadas de árboles y hojas crujientes. Lara cerró los ojos, intentando imaginar sus palabras como mariposas. Pero las mariposas parecían tener miedo de volar, se quedaban en su pecho, revoloteando en círculos sin encontrar la salida.
Sofía, con su paciencia infinita, seguía alentándola. Le pasaba notas, le hablaba en su lenguaje secreto de miradas y gestos. Pero a pesar de todos sus esfuerzos, las palabras de Lara seguían atrapadas.
Un día, mientras estaban en su rincón secreto, Sofía tuvo una idea. Sacó un cuaderno y un bolígrafo de su mochila y se lo entregó a Lara. “Escribe”, le dijo. “Si no puedes hablar tus palabras, escríbelas. Deja que las mariposas se conviertan en letras y palabras en el papel.”
Lara miró el cuaderno y el bolígrafo. Al principio, sintió miedo. Pero luego, lentamente, comenzó a escribir. Las palabras fluían de su pluma como un río tranquilo. Eran torpes y temblorosas al principio, pero poco a poco se volvieron más fuertes y seguras.
Sofía la observaba, con una sonrisa de satisfacción en su rostro. “Lo estás haciendo, Lara”, dijo. “Estás encontrando tus palabras.”
Pero Lara sabía que aún no había encontrado su voz. Las palabras escritas eran un paso, pero quería poder hablar, quería que las mariposas en su pecho se liberaran y volaran.
Así que continuó escribiendo, día tras día, llenando páginas y páginas con sus pensamientos y sentimientos. Y aunque sus palabras aún no habían encontrado el camino hacia su voz, Lara sentía que estaba un paso más cerca.
Y mientras tanto, Sofía estaba a su lado, apoyándola, animándola, creyendo en ella. Juntas, estaban decididas a encontrar la voz de Lara, sin importar cuánto tiempo tomara.
Y así, en medio del bullicio del patio de la escuela, en su rincón secreto rodeado de árboles y hojas crujientes, Lara continuó su viaje. Un viaje de silencio a palabras, de miedo a valentía, de soledad a amistad. Un viaje hacia su propia voz. Y aunque aún no había llegado, Lara sabía que estaba en el camino correcto. Y eso era suficiente por ahora.
Con cada día que pasaba, Lara se sentía más cerca de encontrar su voz. Aunque las palabras aún no salían de su boca, podía sentirlas revoloteando en su pecho, cada vez más cerca de la superficie. Y aunque todavía tenía miedo, también sentía una especie de emoción. Una emoción que venía de la posibilidad de finalmente poder expresarse, de finalmente poder liberar las mariposas que llevaba dentro.
Sofía, por su parte, nunca dejó de creer en Lara. Aunque no podía entender completamente lo que Lara estaba pasando, sabía que su amiga estaba luchando una batalla interna. Y estaba decidida a estar allí para ella, sin importar lo que pasara.
Así que, día tras día, Lara y Sofía se sentaban en su rincón secreto, rodeadas de árboles y hojas crujientes, y trabajaban juntas para liberar las palabras de Lara. Y aunque el progreso era lento, sabían que estaban avanzando. Y eso era todo lo que importaba.
Porque al final del día, no importaba cuánto tiempo tomara. Lo que importaba era que Lara estaba encontrando su voz. Y aunque todavía no estaba allí, sabía que eventualmente lo estaría. Y eso era suficiente para mantenerla en marcha.



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