Monólogo: Pensamientos de una adolescente
Tengo una rabia enfermiza en estos momentos, ando en mis cuatro paredes, mientras cómo de costumbre, lloro cada noche antes de reposar mi cuerpo junto a mi cama.
Siento odio por los que me hicieron y aún me siguen haciendo, me tienen aquí encerrada, por lo visto, piensan mofarse de mi unas cuantas veces más.
Hay un cuchillo, que reposa sobre la mesa frente a la que me tienen atada, miro hacia arriba, y veo una soga colgando, esperando por mi decisión aventurera. Esta soy yo, la que puede rebanar cosas con ese cuchillo, la que puede colgarse de esa soga como si fuera un columpio, esta soy yo.
Ya están entrando las ratas a mi cuarto, odio verlas cada noche rozar mi piel, aunque, me da coraje que habiten en el mismo lugar en el que me tienen. La comida es pésima, bueno... a las ratas les encanta comerse lo que con tanto asco dejo caer al suelo.
Cierro los ojos, y me reto a no pensar... en nada. Llevo horas pensando en cómo no pensar, es imposible, mi mente ya se apoderó de mi. Me quedo dormida. Me acuerdo de que estoy rodeada de ratas, y despuerto más rápido que ligero, me veo ahí tirada, llena de trapos rotos... minutos después, me doy cuenta, había muerto, y ya no sé dónde me encuentro.
Este es un monólogo que me tuve que aprender para mis clases de teatro... y como me gustó pensé en publicarlo.




Comentarios
No se pueden incorporar más comentarios a este blog.