Siete años, un martes y un septiembre.
"Se llama tiempo y cruje en los bolsillos, consumido de a poco, como un paquete de cigarrillos, como otra historia de reencuentros y tormentas, Barcelona, septiembre, casi oficina de objetos perdidos. Las paradojas temporales: yo necesitando diez vidas para poder olvidar lo que tú en diez minutos y taxi a la estación. Pero, amor, el tiempo, dos cucharadas, una película de Aristarain, una tarde de autobuses, esas cosas que hacen vernos en los demás, esas veces en las que volver era un verbo prohibido porque todo era un continuo, esas voces de las que hoy ya no recuerdas ni el idioma en el que se expresaban. Se llama tiempo a la distancia entre los ojos en que me miraba y ya no te quiero. Se llama tiempo a las hojas que nacen de las ramas de invierno. Se llama tiempo a otra cosa, a las manillas de un reloj, a quince grados en el parque. Se llama tiempo, amor, y es tan idiota que nunca vuelve." 
"...y tal vez no seas más que esta frase a base de labios mordidos, de cicatrices a la espalda, de rastros de carmín en otro frío de agosto en el que posiblemente exista, y no seas más que los puntos suspensivos en los que escribir los últimos versos que te escribo en una tarde de espera..." 
"...las distancias no se miden en metros ni en segundos sino en frases no dichas, en besos no dados." 
"...de preguntas que nunca van a nacer en sus bocas precintadas, y con derecho de admisión para evitar los tachones y las faltas de ortografía." 
"Se nos llenaron de tiempo las fotografías, aunque tú lo llames polvo y lo sacudas pretendiendo que queden cómo nuevas" 
"No en pocas ocasiones invoco a los fantasmas que guardo, desordenados, en los cajones donde el futuro es un cielo de madera que, no en pocas ocasiones, se rompe a modo de tormenta" 
"vivir debe ser morirse a ratos" 
Todo está escrito por Julio Oliva - Siete años, un martes y un septiembre. 
Es evidente que este autor escribe de una manera única e increíble. Tiene un manejo de la retórica excepcional y el estilo, a pesar de ser peculiar, sorprende. Además de que, desde luego, es pura poesía, y a mi me ha inspirado enormemente. Pero lo que hace este libro especial, es que Julio Oliva  tiene un talento para escribir de una forma tan personal que transmite mucho, que calla. Y eso en mí es difícil, cuando le leo, hay un silencio, y no de estos fríos incómodos. Mi mente se queda totalmente en blanco, y sólo hay sentimientos en estado puro,  y soy yo la que estoy mirando cómo remueve el café, cómo se va, cómo nos dijimos tantas cosas y ya no están. Viajas entre fotografías y sientes cada palabra.
¡¡Lo recomiendo para el 2014 sin lugar a dudas!!




        
        
      
Comentarios
lissie - hace más de 11 años
Solo con leer la primera frase ya entran ganas de leerlo, definitivamente va a ser el siguiente libro que me lea. Gracias por compartirlo!
No se pueden incorporar más comentarios a este blog.