Cibercorresponsales

Una relación de extremos

Publicado por bely. el 13/09/2014 · Categorías: Creación

¿Me habla a mi? Mire, no sé donde está. Él y yo siempre tuvimos una relación de extremos, ya sabe, amor y odio tan profundos que nos consumían de la misma manera cuando la aguja proclamaba un día más, o un día menos; si le conoce, debe saber cómo de contradictorio es a veces. ¡No me ponga esa cara, le estoy diciendo la verdad! Dejé de verle. Sólo sé que es un gilipollas. Un cabrón al que le debo la vida, pero un gilipollas. Siento usar éste lenguaje soez, pero siempre tuvo esa manía de sacar lo peor y lo mejor de mi. Ya , ya, son tópicos, pero ¿no quería usted la verdad? Hay personas que ni lo notan o no quieren hacerlo. Otras más obsesivas quieren controlarlo y suelen perder. Yo me perdí en mi intento corrosivo de aprender a amarlo. Incluso cuando me hacía daño. Cuando me llevaba a regañadientes entre pretéritos y pluscuamperfectos,y los recuerdos me torturaban. Cuando no le entendía o me hacía esperar.Con ese aire prepotente (aunque a veces llevara razón) de tener una justificación más o menos aceptable para cada uno de sus actos. Bf, odiaba su arrogancia. Arrogancia por creer conocerme cuando ni yo misma lo hacía. ¡Por eso terminé cansándome! ¡Y por eso termino dejándome! Dejé de darle importancia, y a la mañana siguiente, ya no estaba. Ya nada me limitaba, las horas, los días y los meses se desvanecieron en un sólido impulso del ahora. Del momento. ¿Es que no lo entiende? Nunca lo encontrará así. Al tiempo no se le encarcela por los crímenes cometidos, ni se le agradece los regalos, la recompensa. El tiempo no se encuentra, no se controla, no se ama, ni se odia. El tiempo se vive.

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