Aullido
Me enseñaron toda mi vida que lo que mis ojos veían era normal, lógico y verdadero. Que no había más mundo que aquel del que me hablaban, famélico y desgraciado, pero también un hogar irremplazable.
Me enseñaron a ignorar todos sus males, a mirar por el cristal más luminoso y a llorar por nimiedades.
Me educaron para depender y servir. Para ver, oír y callar. Para nada más que soñar.
Me resigné a convertir cualquier problema en ajeno y envolverme en una capa de indiferencia que debía hacerme más fuerte, cuando sólo me debilitaba.
Me cansé de frivolizar.
Busqué medios para acabar con todo y me dejé los ojos en ello. Pero no tardé en ver que de poco servía una persona para una lucha. Un solo grano de arena nunca sería una montaña a la vista de nadie.
Pero no dejé la lucha.



Comentarios
partysummer - hace más de 9 años
Que la lucha continúe!!! Según me hago mayor pienso si he dejado de luchar, de enfadarme por las cosas que me preocupan, del poco caso que hago a las personas que sufren en mi entorno y en entornos más lejanos. Después leo artículos como el tuyo y sé que, aunque a veces falle hay gente por detrás que continuará luchas.
julialalalasehizoguia - hace más de 9 años
Exactamente, Stark, por muy difícil que sean las batallas, y a veces se gane o se pierda, nunca hay que dejar la lucha :)
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