Tallas Capítulo 4
DOMINGO 27.
Eran las 4 y media, y yo había quedado con Sonia a las 5 en el parque que había unas manzanas más atrás de mi calle. Seguía con la duda de si debía ir aquel encuentro o debía quedarme en mi casa, pero me había comprometido a ir, y las paredes de mi casa estaban empezando a consumirme lentamente.
Antes de salir de casa me mire al espejo del recibidor, y por fin después de semanas estaba notando el cambio, mi cara redonda estaba dejando de serlo, mi voluminosa barriga estaba empezando a ser historia, aunque eso iba demasiado lento más de lo que me parecía. Se me dibujo una sonrisa de oreja a oreja, por fin iba arreglar las cosas con Sonia y todo iría bien.
Las calles estaban vacías y di gracias, llegaba minutos antes, pero aproveche para sentarme en un banco y escuchar alguna de mis canciones favoritas. Por el rabillo del ojo me percaté de que se acercaba alguien así que agache la cabeza y seguí mirando el móvil bajando el volumen por si en aquella multitud estaba Sonia.
-Hombre, hola gordi.- estalló en risas una muchacha rubia que iba al lado de Sonia quien sonreía sarcásticamente.
No dije nada y me levanté de aquel banco dispuesta a irme, aquello había sido una encerrona.
-¿Qué pasa, ya te vas?- grito Sonia riendo también.
Las demás personas que las acompañaban estaban haciendo ruidos para provocar una pelea mientras que Sonia y su amiga se reían. Eran demasiadas personas, y yo solo una, me estaba empezando a dar ansiedad y a pesar de que quería correr parecía que llevará pies de plomo que me impedían moverme ágilmente.
-Déjeme en paz.- dije mientras que intentaba que no se notara en mi voz las ganas de llorar.
-¿ya no quieres hablar conmigo?- grito.
-Eso, ¿es que ahora tienes miedo?- continuo la muchacha rubia.
Antes de que me diera cuenta tenia al grupo rodeándome con Sonia y su amiga a la cabeza gritandome y diciendo cosas que me dolían. Empezaron a empujarme y a llamarme 'gorda asquerosa' mientras que mi "amiga" solo reía y decía cosas como 'esto es lo que te mereces por dejarme sola', empecé a ver todo borroso cuando un puño se estrelló en mi ojo.
Perdí la noción del tiempo, no sabia cuanto había pasado desde que Sonia y sus perritos falderos habían empezado a pegarme, veía borroso y solo quería llorar, pero le daría la razón a Sonia, dándole la victoria que ansiaba. No quería darle aquella satisfacción, no sé de donde saqué fuerzas, pero me atreví a pegarle un puñetazo a aquella muchacha rubia que me abofeteaba cada vez que Sonia le decía.
-Parece que ha sacado fuerzas la niñata esta- Sonia, que esta vez fue ella quien me hizo daño. Todas su furia la descargo contra mi, mientras repetía que me merecía que me dejara medio muerta y diciendo que me lo merecía.



Comentarios
rayca - hace más de 8 años
Aunque por desgracia en la vida pasan estas cosas, confío que esta historia vaya mejorando y nos enseñe que la violencia no debe tener lugar en este tipo de conflictos.
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