Tu Destino: Capítulo 5
Nos seguimos besando, y para mí pasaron minutos, pero creo que pasaron más de minutos, sino horas, hasta que…
- ¿Pero qué está ocurriendo aquí?- era el profesor de historia que tenía clases en la sala de proyecciones – cada uno a su clase, ¡YA! – nos separamos y, por lo menos yo, salí corriendo a mí clase
- ¡Alex! – decía Juan, pero yo me hice la sorda y entré en clase
- ¿Dónde estabas? – Me decía Carla – Estaba preocupada, creía que te había pasado algo o que no ibas a venir directamente
- Si, ya, es que… me pasó y algo y luego… se me fue el tiempo
- Buenos días – era la profesora de Literatura entrando por la puerta, claro, todos nos sentamos y Carla se quedó sin hablar y sin decirme lo que tenía que decirme.
Las tres horas restantes se me hicieron eternas, no veía la hora de acabar, seguramente será porque no estaba a lo que debía de estar, si no que estaba con Juan, es decir, estaba pensando en él. Le había besado, a Juan, al chico del que me enamoré y luego se convirtió para mí en el chico más tonto del mundo, pero lo más importante es… ¿por qué le devolví el beso? Cada vez que pensaba en el beso o en él, el corazón me iba más rápido y el estómago se me llenaba de mariposas. ¿Podría ser? ¿Podría estar… enamorada? No, no, no puede ser, ¿cómo voy a estar enamorada y más a mi edad? Tengo un millón de preguntas, y sólo hay una chica que me entienda y me las pueda contestar, Verónica.
Cuando sonó la campana, salí corriendo a clase de… ¡Juan! Vaya, Verónica está en su clase, y si voy a ella, Juan me pedirá hablar. Decidí meterme en su clase corriendo.
- Verónica – la pillé guardando sus libros de biología y de física y química en la mochila – necesito hablar contigo URGENTEMENTE, ósea YA
- ¿Qué ha pasado Alex?
- Aquí no, te espero en el baño de siempre… - me estaba dando la vuelta cuando
- ¡Alex!
- ¡Juan! Eh
- Tenemos que hablar
- Ya pues… eh… ahora no puedo
- Alex no me imites por favor, tenemos que hablar de lo del…
- ¡Examen! Si del examen, pues… luego te mando un mensaje y te lo digo ¿vale? – Juan se quedó con una cara un poco loco después de cortarle la frase, pero no quería hablar, no podía hablar, no sin saber lo que decir. Me dirigí al baño de siempre y esperé impaciente a Verónica.
- Vale ya estoy aquí, cuéntame – Verónica entró por la puerta
- Ciérrala, que lo que te voy a contar no puede salir de aquí y es bastante fuerte- Verónica me miró en plan de qué será lo que la tengo que contar tan fuerte – está bien, allá voy – suprimí lo del caballo blanco, lo de mis poderes, lo de los poderes de Juan y todo el tema de lo sobrenatural, y me dirigí directamente al tema del beso, que llevo días hablándome con él como amigos hasta lo del beso
- Vaya, y… ¿el qué te ha dicho?
- Que quiere hablar
- Pues habla con él
- ¿Pero el problema es que no sé de qué ni cómo? Es decir ¿y si me pide salir, o ser su novia o…?
- Alex para, si habla de eso va a ser totalmente normal, si te ha besado es porque le gustas y si tú has continuado es porque también, solo que no quieres aceptarlo porque te rompió el corazón en su momento y ese momento te duele cada vez que le ves o hablas con él o, en este caso, cuando hablas de vuestro beso – no dije ni una palabra – en esto no puedo ayudarte, tienes que ser tú la que decida lo que hacer. Si lo quieres o no, si estás lista para ser su novia, si quieres ser su novia. Pero yo no puedo hablar por ti, no puedo
- Y… ¿algún consejo tampoco podrías darme?
- Que no tardes mucho en hablar con él, ese es mi consejo - me di media vuelta
- Necesito estar sola – Verónica lo aceptó, se dio media vuelta y salió del baño
Me quedé ahí todo el recreo pensando en lo que decirle, y al final me decidí. Ya era la hora de la siguiente clase y me subí corriendo a clase, pero antes de entrar busqué a Juan, y lo encontré.
- ¡Juan! – Se dio media vuelta y me acerqué a él, pero no lo besé – te espero esta tarde a las 18:00 en el ático, ahí hablaremos
- Vale
- Vale
Fui corriendo a mi clase y las últimas horas sí que estuve concentrada y atenta. Salimos y fui con mi padre a casa en coche, como siempre, comí y me puse estudiar para hacer los deberes cuanto antes. Cuando llegaron las tres, me puse los zapatos y me tele transporté al ático.
Me quedé un segundo esperando cuando Juan apareció instantáneamente.
- Hola – saludó él
- Hola - le contesté
- ¿de qué querías hablar?
- Tú eras el que quería hablar, ¿recuerdas?, yo sólo he elegido un lugar para hablar – hubo un minuto de silencio incómodo - ¿qué querías decirme?
- Quería hablar de lo del beso, Alex, sé que nos conocemos de mucho años y ya sé que te rompí el corazón una vez, pero esta vez no es esa vez, y lo que quería preguntarte era que si… ¿me podrías dar otra oportunidad?
- ¿Sabes? Yo no creo en las segundas oportunidades, como antes no estaba muy segura de si existía todo esto, tampoco creo en eso de que las personas cambian, porque, por lo que sé de ti, esto podría ser una broma pesada tuya y de tus amigos que queréis hacerme
- No lo es – me cortó
- Pero ¿cómo lo sé yo?
- No lo sabes pero… no lo es Alex, tienes que creerme
- Ahí está el problema, que me engañado tantas veces que no te creo
- Alex, escúchame – se acercó a mí, pero muy cerca de mí - ¿crees que esto sería una broma si estoy intentando hablar contigo de nosotros, quedarnos a solas, besarnos…? Si esto es una broma, ¿por qué intento decirte que seas mi novia? – en ese momento lo miré a los ojos y me volví a perder en su mirada, me acerqué a él otra vez y le besé, él me devolvió el beso. Hasta qué…




Comentarios
_dennaselen - hace más de 11 años
está genial me encanta de verdad un toque muy positivo enbadurna la novela te felicito
forever - hace más de 11 años
Muchiiisimas gracias! :) me alegro de que te guste y sigue disfrutando , que aún queda aventura por recorrer ;P
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