Cibercorresponsales

Parque del mundo

Publicado por fr4n_27 el 03/04/2017

Es posible que vaya a hablar de un tema muy complejo, pero creo que lo voy a intentar, andar se empieza con un paso.

El otro día fui con unos amigos a un sitio especial.

Los superhéroes de montando el local fueron a un centro dedicado a personas que perdieron su vida a causa de la guerra, personas que tuvieron que salir de su lugar de confort y empezar literalmente desde cero, no tenían lengua, no tenían información, no tenían estudios, no tenían amigos, al llegar hasta este lugar. Todas esas cosas imprescindibles para una persona se quedaron en sus casas, al lado de los marcos de sus recuerdos, solos, fríos, con la luz apagada.

Cuando llegamos a ese sitio un superhéroe nos contó donde estábamos, que se hace allí, como se vive, después de personalmente sentir una explosión de empatía y de pensar que no son ciertas las noticias, no es cierto lo que hablan los hombres de corbata, no es cierto lo que el mundo piensa de sí mismo, llegue a la conclusión de que el mundo es anoréxico, se describe grande, fuerte y gordo de derechos y oportunidades, pero en el espejo no hay más que realidad y nada de eso es cierto, hay un mundo pequeño y escueto de personas sensatas y libres. Quiero que me digas que estoy confundido, que estoy divagando, que lo que expreso son falacias y argucias, quiero que me digas que no hable de lo que no sé.

Después de escuchar la charla y descubrir a los vendedores de humo, nos fuimos al parque a jugar.

A jugar con mis amigos,  a jugar con personas de un corazón inmenso, son de una pasta especial.

Jugamos con personitas libres, eran los protagonistas pero nadie le importo ya que todos ganábamos en los juegos, éramos personas, no éramos, madrileños, andaluces, nicaragüenses, somalíes y más reinos de más lejos.

Me sentí arropado por personas que no tuvieron tiempo de coger sus mantas.

Nosotros no éramos voluntarios de postureo, ni personas de cartón para rellenar una grada, éramos un tejido.

No voy a hacer publicidad como las ONG de la televisión, solo diré que pasamos la mejor tarde de primavera del mundo con personas de distintos mundos.

Es impresionante lo que hacen los estereotipos, ya que te nublan, pero si algo tenemos que aprender es a escribir libros sin pastas, para leer el contenido y conocer a los habitantes del mudo sin prejuzgar.

Al final de la tarde dimos nuestro mejor abrazo a esas personas maravillosas y dejamos la puerta abierta porque algo me dice que vamos a volver a ese parque, para compartir ideas.