Acordes
Dolorosamente presiono con fuerza. Un sonido dormido, dorado, dolido pero domable, dócil, dogmático, dotado de amor. Dotado de magia, de la magia mas profunda de las notas, de la música que mueve el alma y que nos permite caernos a nuestros más personales avernos.
Realzo la mano y presiono, esta vez con más suavidad. Resuena el eco en mi cabeza, reprime mi alma, responde a mis preguntas, rehace lo perdido, realza mi cariño, realiza mis sueños, renace lo ya acabado.
Mi muñeca gira y una más leve presión acaricia a mi compañero. Miente siempre que puede, mira cómo agonizo, mientras caigo solo observa, mima mis más recónditos deseos.
Fácilmente el corazón presiona, sigue el camino de teclas blancas, no sale del paseo. No toca las negras clavijas, no es capaz de saltar, no se atreve a atreverse. Fantasma de mi cabeza, falacias que se escapan de entre mis labios, falla una y otra vez, falta cuando deberÃa de estar. Fachadas es lo único que encuentro, lo único que no busco, fachadas es lo que me impide, fachada es lo que me lleva a escribir, fachadas que me impiden verte, fachadas que falsean la fabulosa faena de tu corazón.
Solo toco ahora con mi anillo, solo es capaz de quemar, solo es capaz de dañar, la soledad no es sollozo, no solicito nada. Solo te permito a ti.
La mano se mueve, el que señala es el que presiona, el que señala es el que juzga, lamento haberme ido, lanzo mi vida, lanzo mi alma, ladeo mi corazón para entender otra perspectiva. Lánguido es el sonido, labiado y laborioso. Con lástima miro como se mueve todo a mis pies, como mis ojos tornan negros
Si es la última nota, como no, tocada con el corazón. Porque, si tu te vas, ¿qué tengo? Si mi música se aleja, si las notas se truncan, si no se genera sinfonÃa cuando toco, si no siento. Si la sÃncopa me desplaza a mi, si pierdo mi sonido ¿qué me queda? SÃ, te siento, y siento lo que siento porque se que no deberÃa sentir. Sin fin busco lo perdido y no encontrado, sin pensarlo te busco, siempre busco los compases de mi alma, la clave de SÃ, que me permite expresarme.
Â
Empiezo a tocar con acordes, subiendo y bajando, dejando que la música me lleve, escuchando como no es capaz de dejarme, cómo siempre estará ahà para mÃ. Escucho como bajan las teclas, escucho como la música entiende mi alma, como resuena con ella, como estoy hecho para ella. Escucho por ella y escucho por mi, necesito liberarme, como el aire que hay dentro de mi, y que se renueva cada vez que toco unos acordes.
Â
Levanto las manos del teclado. Noto como las teclas chocan contra las yemas de mis dedos sin que yo me mueva. Noto como la melodÃa sigue sonando. Noto como me desvanezco.



Comentarios
No se pueden incorporar más comentarios a este blog.