Cibercorresponsales

Adicción, revelación, depresión

Publicado por ezekielico el 16/09/2015 · Categorías: Pensamientos

Hoy vengo a hablar de un tema candente; el efecto que supone los juegos “gratuitos” y la adicción que provoca en algunas personas. Pero, para que comprendáis mi visión, os contaré mi visión de para qué se debe utilizar un videojuego.

Originalmente, los juegos, a secas, se inventaron para aumentar las aptitudes físicas del que lo practica y prepararle para los trabajos que se desempeñaban en la antigüedad, que como sabeis requerían de gran fuerza física. Luego vinieron juegos como las cartas, que se utilizaban mayormente para relacionarse con más personas. Y los más recientes, los videojuegos, a menos que hablemos de títulos concretos, la mayoría no explotan estas habilidades. Sí, existen videojuegos con Call of Duty o Battlefield, pero en ningún caso llega a ser tan personal. ¿Me entendéis?

Al menos para mí, para jugar a un videojuego necesito una de estas dos cosas: un motivo para jugar (una buena historia, un reto de verdad) o no tener absolutamente nada mejor que hacer. En la mayoría de juegos F2P, estos dos factores se pierden. Primero, porque el juego está diseñado para ser accesible: la mayoría son muy simples. Y segundo, porque se está a un toque de la pantalla para jugar. Es igual que la adicción al móvil o a las redes sociales, está ahí permanentemente a un movimiento con el dedo de distancia. Si a esto le añadimos que prácticamente juegos como Clash of Clans y Candy Crush Saga se han convertido en una convención social y tienen una jugabilidad adictiva, la combinación es explosiva.

El pasado verano, me vicié al juego de Bethesda, Fallout Shelter. Hablaban muy bien de él, y decían que no necesitaba de micropagos para ser disfrutable. Así que estuve un mes jugando dia sí y día también. Hasta que vi en una página que existía un truco para saltarse los tiempos de mejora. De pronto había mejorado más mi base en un día que en una semana. Hasta que me dí cuenta: ¿Que motivo me queda para jugar? Ninguno. Una vez que dejé de estar atado al tiempo, no había nada por lo que abrir la aplicación siquiera. Y al final me doy cuenta de todo el tiempo que he perdido que podría haber utilizado en algo productivo. Menos mal que no rompí mis normas y no me arrepiento de haber dedicado ese tiempo al juego, pero existen casos de personas que sí se arrepienten de haber jugado. Personas que han antepuesto la diversión a la obligación

Todos hemos conocido a lo largo de nuestra vida a alguien que dedica demasiado tiempo a un hobby y descuida otras prioridades. Lo que quizás no conozcamos es el momento en el que esa persona se da cuenta de lo que se ha perdido. Relaciones personales, actividades, estudios... Es por esto por lo que se debe interpretar a los juegos como un hobby personal más, y no anteponerlo a otras obligaciones. ¿Y cuándo se dedica tiempo a un hobby? Creo que ya sabes la respuesta.

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