Superluna - Capítulo 2: Un grupo de lo más variado.
Nuestro grupo se hallaba en esa pradera verde oscura. El verde contrastaba con el azul claro del cielo, que estaba despejado. Parecía que en aquella pradera se respiraba aire de tranquilidad, pero no estaba en lo cierto. Aquel lugar era uno de los más terroríficos que podía existir. El comienzo de una nueva historia. La historia de mi vida, que me marcó por siempre. La historia de ZombieLand.
–¿Cómo que este no es el campamento? –Dijo Jin–. Es imposible, ¿dónde, si no, vamos a estar?
–En otro sitio, muy diferente a nuestro mundo... –Dije con un hilo de voz–.
–Bah... Que estupidez... –Soltó Rei–
Miré a Kanako con ojos llenos de ira.
–¡Tú cállate! –La dije.
–¿¡Quién te crees que eres para gritarme!? –Terumi agarró a Rei–. ¡Ven aquí y me lo dices otra vez!
–¡Te vas a enterar! –Jin me agarró para no lanzarme a por ella–. ¡Suéltame, Jin!
–¿¡Queréis parar de una vez!? –Gritó Kanako mientras se ponía las manos en los oídos–
Todos nos quedamos callados mirando a Kanako al borde del llanto. En ese momento comprendí que solo eramos unos chicos, indefensos frente a esta situación y que teníamos que trabajar en equipo para sobrevivir. Jin me soltó y se dirigió hacia Kanako.
–Oye Rei, lo siento, no debí de ponerme así... –Bajé la mirada.
Rei se acercó a mi y me dijo:
–No te preocupes Ryu, yo también me he ido por un momento... –Me abrazó.
Acepté el abrazo sin rechistar y correspondí. Tras abrazarla me acerqué a Kanako, me agaché y la miré.
–Kanako, lo siento... –La dije–. No volveremos a pelear... Te lo prometo.
–¿De... de verdad? –Me miró con los ojos irritados y húmedos. Asentí y la abracé.
Me levanté y miré al final de la colina. Tras hacerlo me dirigí al grupo y les dije:
–Bien chicos, os contaré cuál es este sitio. Me temo que estamos dentro de mi videojuego. –Se hizo un silencio un tanto incómodo–. Terumi y Jin forcejearon dentro de mi cabaña y el casco de realidad virtual se rompió. Puede que debido a la sobrecarga del enchufe y la tecnología del casco provocó algún fenómeno que hizo que cayéramos dentro del videojuego...
Todos me miraron con cara de “¿me estás tomando el pelo?” pero Jin dió un paso al frente y se giró para hablar con el grupo:
–Chicos, no sé dónde estamos, ni que pasará, pero si algo sé, es que Ryu sabe de que va esto, y por el momento nadie conoce otra explicación, a si que yo la creo... –Se giró para mirarme y dejé escapar una leve sonrisa. Se giró otra vez–. A si que... ¿quién está conmigo?
–¡Yo siempre estaré de tu parte, tío! –Terumi avanzó hasta Jin y le choco la mano. Después se acercó a mi y me puso la mano en el aire. Tardé en reaccionar, pero al final le choqué la mano para que no se quedase con las ganas–. ¡Sí, yeah!
Kanako miró la escena, se levanto y dijo:
–Bueno, pues yo me uno... No quiero quedarme sola... –Dijo mientras se abrazó a Jin. Éste se sonrojó–. Nyaaaw...
Rei avanzó un pasó y se plantó frente a nosotros.
–Bueeeno, si no hay más remedio... –Dijo con aire de pereza y se giró para mirar a Miyuki y a su hermano–. ¿Qué dices Muyu?
–¿Cuántas veces te he dicho que no me llames así, Rei? –Miró a su hermano pequeño, el cual estaba riendo, esbozó una leve sonrisa, casi inexistente y se dirigió a nuestro grupo–. Vamos Tetsuya...
–¡Voy Muyu! –Corrió hacia él dejando escapar una carcajada y Miyuki suspiro–. Madre mía, con lo que me ha tocado...
Al segundo todos reímos. Incluso Miyuki dejó escapar una leve carcajada. Éramos un grupo de lo más variado.
Me giré para mirar el horizonte y ví que el sol se estaba escondiendo tras aquellas montañas escarpadas y sin vegetación.
–Chicos... mirad... –Dije señalando las montañas–. Deberíamos subir por ahí, igual conseguimos ver algo...
–¡Pues vamos allá! –Terumi alzó el puño y se motivó–. ¡A la aventura!
Y así es como nos pusimos a andar, y nos adentramos en un bosque. Aquel bosque parecía terrorífico por la noche, no como los del campamento, con olor a pino y a aire puro. No. Aquel lugar apestaba a humedad, se respiraba un ambiente de inquietud, con aquellas ramas que sobresalían de los árboles, que parecían brazos que nos fueran a coger si nos despistábamos. Una ligera neblina cubría el suelo. Un bosque un tanto escalofriante. Tetsuya se abrazó a su hermano.
–Tranquilo Tetsuya... Aquí está tu hermanito... –Le dio la mano y Tetsuya sonrió.
Me acerqué a Rei mientras miraba de reojo a Kanako abrazada al brazo de Jin.
–Oye Rei... Veo que Miyuki le tiene mucho apego a su hermano, y éste a él...
–¿Tetsuya? Aaaah... Si... –Les miró de reojo– Su hermano siempre ha sido muy protector, y Tetsuya siempre ha dependido de él...
A la media hora después, Kanako se arrodilló en el suelo y empezó a quejarse.
–¡Joooo! ¡Estoy cansada y estoy harta de andar!
Jin la miró y dijo al grupo:
–Es verdad chicos, llevamos andando mucho tiempo... Deberíamos descansar...
Empezamos a preparar una hoguera. Por suerte, las ramas de los árboles estaban secas y conseguimos encenderla al instante. Tetsuya nos miraba fascinado, mientras preparábamos la hoguera.
–¡Jo! ¡Que guay! ¡De mayor quiero ser como mi hermano y sus amigos!
–¿Amigos? –Dije mientras miré a Jin y seguidamente a Miyuki–. Sí, supongo...
Prendimos la hoguera con éxito y abrimos las mochilas. Reunimos todo lo que teníamos. Era bastante, pero no tanto para sobrevivir durante un tiempo. Jin sacó de su mochila unos malvaviscos y con el resto de ramas hizo palos para calentarlos. Colocó unos cuantos en cada palo y se lo dió a cada persona. El cielo estrellado se veía precioso. Me percaté de que la luna era inmensa. Era un superluna, un fenómeno en el que la luna se acercaba a la tierra y se veía más grande, pero no creo que estuviésemos en la tierra...
Mientras hablábamos pasaron varias horas sin que nos diésemos cuenta y nos percatamos de que Tetsuya no estaba. Después escuchamos un grito y Tetsuya corrió hacia nosotros.
–¡Hermano, hermano! –Tetsuya se abrazó a Miyuki–. ¡Que miedo!
–¿Qué... qué ha pasado? –Se agachó y observó a su hermano con la cara llena de lágrimas.
–¡Un... un muerto!
El grupo se sorprendió bastante. Miré a Tetsuya y me agaché para hablar con él.
–Tetsuya... ¿Puedes decirnos dónde lo vistes?
–S-sí...
Tetsuya nos llevó al lugar, pero ahí no había nada. Ni un alma. Solo había unos pocos árboles y unas ramas partidas en el suelo, junto a un charco de agua. Yo ya me temía lo peor.
–Habrá sido tu imaginación, hermano... –Le abrazó.
–Creo que deberíamos... esto... continuar hacia las montañas... –Dije con voz un poco temblorosa.
–Ryu... ¿Estás bien? –Me preguntó Jin.
–Esto... Sí, sí... Estoy bien. –Dije intentando disimular mi preocupación.
En ese momento es cuando creo que Jin empezó a sospechar de mí. Pero en cualquier caso él iba a seguir confiando en mí, así que nos decidimos por continuar con nuestra aventura.
Fin del capítulo 2.




Comentarios
partyflipa - hace más de 11 años
"En ese momento es cuando creo que Jin empezó a sospechar de mí." JAjaja Muy buena frase para dejar en el aire el misterio... ¡a ver con qué nos sorprendes en el capítulo 3!
lissie - hace más de 11 años
Ayyyyyy como mooolaaaa!!! Presiento que vas a dar con mi punto débil, zombies. ME ENCANTAAA!!!!!! *O*
No se pueden incorporar más comentarios a este blog.