Capitulo 13: El Mundo del Fuego
Cuando ya conseguimos la gema, se fue toda la luz muy poco tiempo. Y cuando volvio la luz nos encontramos en un bosque oscuro con el cielo negro, como el del Mundo de las Tinieblas.
Estabamos andando mi amigo Pitu y yo y se nos topó en el camino un arbol con un agujero en el tronco que dentro de él brotaba una luz amarilla fosforita.
- ¿Y esta luz, Pitu?
- A mi que me cuentas.
- Metete dentro, para ver que es esa luz.
- Vale
- ¿Qué hay?
- Pues hay como un agujero de gelatina.
- Vale, entro.
Una vez que entramos habia otra puerta de color rojo del que salía un calor abrasador con una cerradura. Metí la llave y se abrió la puerta. Entramos.
- Madre mía que calor hace aquí.
- Ya te digo.
- Yo me quito la camiseta, que con el calor que hace.
- No te lo quites. Uno, dos, y cuatro...
De repente, entré en una temperatura estable. Ni tenia frio y ni calor.
El cielo estaba rojo, en el cielo de este mundo estaba repleto de dragones, como si fueran golondrinas (como en Fitero).
Pitu y yo seguimos camino adelante, hasta que nos topamos con un impresionante..
- ¿Qué es esto Max?
- Y yo que sé parece como un lago de agua roja, como sangre.
- ¿Y que tiene que ver la sangre en este mundo?
- No se, si lo intentamos cruzar nadando
- No creo que sea la mejor idea, espera
Entonces tiré una piedra al fondo del “lago”, de repente apareció una gran humareda. La piedra ascendió a la superficie.
- “Cof, cof”. ¿Qué es esta humareda?
- ¿Pero cómo puede flotar la piedra?
- Pitu, este lago tiene algo especial.
- Si, Max
- Pitu, tengo una gran idea de pasar a la otra orilla.
- Sorprendeme.
- Pues, si echamos muchas piedras al rio, flotaran y haran de puente.
- Tienes razo, alla vamos.
Cogimos por lo menos veinte piedras y las echamos al rio, volvio a pasar lo mismo de antes el humo y ascendieron.
- Vamos corre, Max
- Espera Pitu, voy a coger un poco de esta agua, por si acaso la voy a guardar en el bote.
Cuando estuvimos andando, nos topamos con unos molestos mosquitos que nos picaron, pero lo que pasaba si nos pinchaban, nos daba mucho calor. Cada vez teniamos mas calor, y mas calor.
- ¡Que calor, Pitu!
- Ya te digo, Max.
- No lo soporto mas, que hacemos.
- Pues mira acerquemonos ahí
Aparecio una fuente, de la que parecia brotar agua fresquita.
- Corre, mira una fuente.
- Que bien, vamos.
Cuando nos acercamos, en el agua se reflejaba como un video. En el video, aparecia un entierro, muchas personas llorando.
- ¿Y esto, parece un entierro?
- Si, ¿de quien es?
Cuando me di cuenta de quien era, me quede sorprendido y me puse a llorar.
- “Sniff, sniff”, ya se de quien es
- ¿De quien, Max?¿Por qué lloras?¡Di algo!
- Es de...
- ¿De quien?
- De mi abuela
- ¿Cómo de tu abuela?
- Mi abuela ha muerto, y yo estoy aquí.
Entonces me fui corriendo y empecé a dar patadas a las cosas y a ponerme a llorar.
Pasado un rato me consoló mi amigo Pitu, y me convenció para ir a buscar a Vulcano, el rey del Mundo del Fuego.
Segui sollozando hasta que me alertó Pitu, que bajase el tono de la voz, porque.
- Mira Max, ahí esta
- ¿El qué?
- El palacio de Vulcano.
Era un gran volcan con una gran habitacion en la punta del volcan, que cada poco tiempo emulsionaba lava.
- Vale, ahí está ¿y cómo entramos?
- Por la puerta, Max
Entramos por la puerta, una cosa muy normal. No habia nadie. Lo dije demasiado pronto.
- Parece que no hay nadie, que bien.
- Es verdad, me huele un poco mal, Max
- ¡No seras tu, Pitu!
- Me referia que huele raro.
- Vale, vale.
Ascendimos por una gran escalinata, que debia llevar hasta los aposentos de Vulcano. Subiendo la escalera bajaba como una piedra porque sonaba mucho.
No me equivocaba mucho, eran los secuaces de Vulcano. Grandes bolas de lava, que se convertian en hombres desprendientes de fuego.
Para derrotarlos se me ocurrio, de echarles el liquido del lago, que nos encontramos.
Cuando se lo eché empezaron a derretirse y esconderse entre las grietas de la escalinata.
Subimos hasta arriba, estabamos agotados.
- ¡Que cansado!
- Y que Vulcano tenga que subir y bajar tantas veces. - Es que es muy tonto.
- Jajaja. Vamos a esa puerta grande y a la de tres damos una patada y gritamos “Alto”
- Vale.
- Una.
- Dos.
- Tres.
- Alto.
- Alto.
Nos encontramos con Vulcano que estaba en la terraza. Era un hombre muy alto con una gran armadura, un taparrabos, un escudo y una espada. Todo de color rojo.
- ¿Qué haceis aquí?
- Pues venimos a por....
- ¿A por el que, subditos del Cister?
- Venimos a por tu gema.
- ¿Y que creeis, que la vais a conseguir?
- Claro, o acaso lo dudas
- Un trato.
- A ver...
- Si me ganais en la batalla, y el acertijo acertais. Os la doy.
- ¿Y si no?
- Pues os mataré y os convertiré en... O no, os haré pensar que se han muerto vuestros familiares.
- ¿Has sido tu?
- Si, que os creiais que no os tenia controlados.
- Te voy a matar.
Una vez que ganamos la batalla, que saqué las fuerzas pensando en lo que me habia hecho pasar, por creer que se habia muerto mi abuela, no me costo tanto.
- Todavía os queda lo difícil, el acertijo
- Seguro que no es difícil, ya hemos conseguido muchos.
- Es el siguiente: ¿Cómo es posible pinchar un globo sin permitir que se escape aire y sin que el globo haga ruido?
- Pitu, lo se. Es que no se puede hacer.
- No, Max. La respuesta correcta es....
- Cual, Pitu.
Me la contó al oido y la gritamos
- Porque el globo esta desinflado
- Porque el globo esta desinflado
De repente Vulcano, se convirtió en una preciosa gema roja.
- Por fin.



Comentarios
No se pueden incorporar más comentarios a este blog.