Cibercorresponsales

Capitulo 14: Consigo todas

Publicado por phoenixversuskraken el 02/09/2013 · Categorías: Creación

 

Durante diez años metidos ahí dentro, en esa dimensión. Durante estos diez años he pasado muchisimas calamidades, piedras que me ponia en el camino la vida y que yo junto con mi amigo Pitu, las superabamos.

A Pitu le atacó una criatura marina, cada vez está peor, yo creo que se va a morir.

- ¡Buenos dias, Pitu!

- “Cof, cof”. ¡Que mal estoy!

- Pero dime realmente que te duele.

- Pues me duele el cuerpo, y ni tengo aliento para hablar.

Yo pensaba que a Pitu, no le quedaban muchos dias de vida, se que soy muy pesimista.

En tanto tiempo, solo teniamos dos gemas, de las siete.

Yo me preguntaba, si los J-4, seguian vivos. Y sobre todo mi familia.

- Pitu, todavía nos quedan cinco gemas.

- Si, ¿y que hacemos?

- No se.

- Sigamos por este camino.

Continuamos por un sendero, lleno de frambuesas. De repente, no oia pasos detrás de mi.

Por un momento, creia que habian atrapado a Pitu.

 

- Pitu, estas ahí.

No escuché nada, me di la vuelta.

- Pitu, estas bien.

- No, me voy a morir.

- Que no.

- Vete, Max, alejate de mi y vete.

- Que no, yo me quedo contigo, aquí hasta que no te recuperes por completo.

Pitu era mi unica compañía desde que entré en este maldito mundo.

Cada vez lucia menos, la luz de su corazon.

Pasadas unas horas, Pitu murió. Yo como buen compañero suyo, le enterré y dejé alli dos cosas junto al el. Una gota de sangre mia y un cabello mio. De esta manera demuestro que fue mi gran amigo. Recé por él y deje ese lugar sollozando.

Continué el camino, un obstaculo más. La ropa que llevaba era la que llevé en el funeral de mi abuelo.

En el funeral se me ocurrio coger una margarita, rozarla por la cara de mi abuelo y guardarmela en el bolsillo de la chaqueta.

Yo ya no tengo fuerzas para nada, no quiero hacer nada, la soledad es lo peor que hay, ya comprendo a mi abuela.

De repente salio de mi bolsillo por si sola la margarita, y se me acercó a mi oido y escuche una palabras, era la voz de mi abuelo. Mi abuelo me decia que vengase por mi amigo Pitu, y que confiase en mi mismo. Asi hice.

Llegué a una plaza desierta en la que habia solo cinco puertas. Cada una de un color: azul, verde, blanca, amarilla y rosa. Por curiosidad entré en la azul.

- Hola, hay alguien ahí.

- Si, quien eres.

- Soy Max.

- El famoso amigo de los J-4.

- Si, ¿quién es usted?

- Soy Poseidon.

Me encontraba con otro jefe y protector de la gema azul.

- Vienes a por la gema.

- Si, una pregunta donde estoy.

- Es la plaza de los cinco magos. Somos los que custodiamos las cinco gemas, somos subditos de Vulcano y Demonio.

- Vale, cómo consigo las gemas.

- Pues respondiendo a nuestros cinco acertijos, más difíciles de los de Vulcano y Demonio.

- No me asustas. Vamos dime cual es

- Si tu lo dices. Un hombre esta leyendo en la sala, su mujer apaga todas las luces, pero el hombre sigue leyendo. ¿Cómo era posible esto?

- Facil, era... Sordo, tartamudo, tetraplegico. No, era sordo.

- Si, como mago soy, debo cumplir con mi palabra. Aquí tienes.

Asi hice con los otros magos, eran el Hada de las Flores, Zeus, Apolo y Afrodita.

Una vez que conseguí todas las gemas, las siete, los siete colores; me entro una sensación de alegria y de haber superado casi todos los obstaculos de mi vida. Me ha costado conseguir las gemas, casi once años. Me he encontrado con muchos amigos, enemigos, pero aquí estoy.

Ahora toca el momento de buscar el Templo Magico.

- Allá vamos.