Relatos acerca de una mente entumecida, I.
Era divertido. De eso se trataba, ¿no?
Si no, no sería un juego.
No había ningún problema, él se lo pasaba muy bien conmigo. Le gustaba mucho.
Sólo había que ver de qué forma sus labios aplastaban a los míos, aprisionándolos, casi engulléndolos.
Me quería.
Era su mejor amigo,...


