Cibercorresponsales

Las redes sociales y yo

Publicado por territorioalba el 11/03/2018 · Categorías: Pensamientos, Internet, Sobre mí, La Pinza

16-1-18
22:19

Acabo de decidir no usar ni móvil, ni redes sociales.

Me he dado cuenta de lo equivocada que estaba.
Equivocada de tener esa necesidad estúpida de estar conectada, la necesidad de depender.
Echando la vista a tras, me doy cuenta  de muchas cosas.
Recuerdo el momento en el que tener el móvil paso a ser  una necesidad. Y todo empezó cuando mis “iguales” empezaron a tenerlo.A iguales me refiero a mis compañeros de clase. En una clase donde ni encajaba. Con ellos, las comparaciones eran inevitables .
Cuando por fin conseguí un móvil fue a los diez pero lo tuve nada, un fin de semana. De hecho, fue para un encuentro.Allí no sentí que fuera una necesidad.No me comparaba simplemente era yo.

Llegó el viaje de fin de curso de sexto primaría (que madura me sentía)y mis padres decidieron dejarme un móvil. El problema fue, que todos tenían un móvil Android.Vale, tenia móvil, pero ya no era como los de mi compañerxs yo no tenia ni juegos ni WhatsApp.
Pensad, no tenia Whatsapp como me  iba a relacionar, todos hablaban entre ellos y yo no podía.
Dios que iba hacer, me sentía que estaba más excluida
que nunca,pero en realidad nunca fue así. Desde ese momento yo empecé a sentir la necesidad brutal de tener un móvil ,unas redes sociales.
Que gran fallo cometí dejándome llevar por la mayoría y  de sus prejuicios.

Recuerdo perfectamente  el día que conseguí tener whatsapp, pero no creáis que fue porque  yo tuviera móvil, sino porque conseguí instalarlo en el ordenador,con no sé que historia.
Ya que el “mí móvil”me lo quitaron  cuando volví del viaje, en el fondo yo no lo quería. De todas las expectativas que tenia de tener móvil, no se cumplió ninguna.
Pero ya había  conseguido tener whatsapp, y lo adivináis, tampoco era como lo había pensado

Cuándo empecé el instituto no tenía móvil recuerdo las caras de  mis compañeros al explicarles que no tenia móvil.
Dios ,el móvil, lo necesitaba más que el respirar .

Conseguí el móvil, todo iba bien, no sé, creo que supe  gestionarlo .

El día que llego  instagram.

Motivada por un par de amigas  me cree una cuenta.
Pensé que no necesitaba que  me explicasen  como funcionaba.
Así que empecé a divagar por instagram seguía a famosos y amigos.
Era una plataforma donde mantenerme comunicada ,todo iba bien.

No recuerdo cuando pero  tener seguidores era súper importante ,supongo que fue para demostrar algo ,de lo que yo había carecido .
Cada vez q me presentaba  era algo así: hola soy Alba  seguidme en instagram /perfiles/ (porque claro cuando mas “original el nick mejor”)
Empecé a tener seguidores amigas, gente q no conocía y gente que me infravaloraba .

Hubo un momento que quería expresar la parte más profunda de mi.Pero me sentía coaccionada por lo que pensarían ,os recuerdo que  no sabía quien me seguía.

Harta de todo,  decidí dejar esa cuenta, y me cree otra cuenta.
Puse unos límites solo seguiría a gente de confianza quería ser libre sin tener miedo al que dirán, poco a poco empecé a seguir a gente por ...pues no sé porque supongo que por  conveniencia quizá(“conveniencia” no sacaba nada positivo),pero cada vez  me daba mas vergüenza subir lo que yo quería subir. No me sentía cómoda  de nuevo . El mismo error sumado a que instagram se convirtió en un paralelismo a la realidad y por lo que se ve,soy muy sensible a la mentira.También sumado  a que cuando una está mal no le apetece ver lo bien que aparenta la gente. Siente q este no es su sitio.
Y  después de varios ataques de ansiedad , el 31 de diciembre no pude más.Y así fue ,media hora o cuarenta minutos de empezar el año di el paso, me fui.
Llevaba tiempo pensándolo, dándole vueltas.
Casi por un impulso elimine whatsapp e instagram
Pensé que lo volvería a instalar a la mañana siguiente,
pero después de pasarme toda la noche llorando. Y despertar y no depender de nada , sentí que hice lo correcto.Necesitaba un tiempo de descanso, un tiempo de conectar conmigo misma,tiempo de escribir como me sentía para intentar entenderme.
A día de hoy, he recurrido a instagram un par de veces y no fue buena la respuesta qué obtuve.
Ahora mismo, tengo las redes sociales desactivadas, hasta mi vuelta. Quizá  cuando me digne a que alguien lea estas líneas , ya habré vuelto a las redes sociales .
Aún así, sigo teniendo una sensación de aislacion abrumadora.
No sé si ansío o temo el momento del volver.
Pero para mi  las redes sociales caben en un solo verbo desencajar.