Una historia sin mas (*1)
- Hola cariño, ¿Qué tal te ha ido el día en el instituto? ¿Algo nuevo?
- Nada mamá, como siempre un buen día. –Sonreí y corrí hacia mi habitación.
Realmente si había pasado algo nuevo o interesante, hoy me había dado cuenta en clase de que Jeremy es un cabrón, otro más, siempre mienten y engañan, dicen que me quieren y que me cuidarán pero en vez de ello solo me quieren como trofeo, para fardar de mi por ser “suya”, la chica guapa de turno que cae en sus mentiras. Me he cansado ya de tanta porquería, de tanto capullo que solo te quiere por tu cuerpo y no de corazón. Quien pudiera hacer que la sociedad cambiara y fuera más norma el cariño de corazón sin importar nada más que el sentimiento.
Otro día de mierda en el paraíso.
- ¡Mamá me marcho! He quedado con Vero!
- Vale, pero no vuelvas tarde que mañana tienes clase.
- Sí. – Cogí mi cazadora y salí por la puerta en dirección a casa de Vero.
Vero es una chica un tanto singular, ella no busca lo que yo, sin embargo nos entendemos. Mientras que yo busco a alguien que sea sincero y agradable, ella busca solo quiere divertirse y jugar con los chicos igual que ellos hacen conmigo por ejemplo. Siempre les seduce y aprovecha que siempre piensan como unos pervertidos para jugar con ellos y que hagan lo que ella quiere. Lo malo de eso es que se gana mala reputación.
Bajando la calle me encontré con que uno de los locales que ya llevaba cerrado unos días, ahora es un psicólogo, nunca me han parecido útiles los psicólogos, alguien que te dice lo que sientes y lo que piensas como si supiera él más de ti que tú misma, es algo que no me parece demasiado necesario o útil como ya he dicho. Pero en este mundo hay gente para todo supongo. Miro al cielo y veo el azul brillante y sin nubes y el sol deslumbrante de la tarde. Me quedo quieta y siento y escucho el aire pasar a mi lado como si me abrazara.
Despierto de mis segundos de cielo y brisa y voy a donde esta Verónica, en el portal de su casa con el móvil en mano, seguramente diciéndome que donde estoy que no la haga esperar. Hoy tenemos montones de casas que hablar.
Me levanto antes de que suene el despertador como siempre, bajo a la cocina, el desayuno ya está preparado, mis padres ya se han ido al trabajo. Me pongo música relajante y me voy a la ducha. Lo hago todo sin pensar, ya es una rutina automática que ha cogido mi cuerpo y en la que no necesita ni que la cabeza piense, aún estoy dormida ero no paro de hacer cosas, de preparar la mochila, desayunar, recoger el cuarto, mirar el móvil, decidir que hoy no me apetece ir con las chicas juntas a clase, prefiero darme un paseo. Lo cojo todo y salgo por la puerta, son las 7:30, falta una hora exacta para empezar el instituto, me da tempo a darme una vuelta larga, con el aire frio y pensar, algo que n he hecho en mucho tiempo, pensar.
Recuerdo la conversación que tuvimos ayer por la tarde Vero y yo, no sé si tendrá razón o no, quizá jugar con los tíos es más divertido que sufrir por sus juegos. No me gusta la idea, pero quizá tiene razón, aunque la otra alternativa es más llamativa, buscar a uno que sea completamente distinto, me e dado cuenta de que soy un poco hipócrita por buscar a un chico que me guste también por el físico sin legar a conocerle, quizás debería dar una oportunidad a aquellos que no son los más guapos ni los mas listos, pero ojalá que piensen con el corazón.
Ya ha terminado mi paseo, será mejor que vaya yendo al instituto, este sitio con tan mala fama entre los pequeños y tan buena fama entre los mayores, quién lo entenderá. Hoy toca lengua, me he enterado de que nuestro profesor de lengua va a estar ausente y que va a venir una sustituta.
Entro en clase, soy la primera en llegar y me voy a mi sitio. Poco a poco va llegando la gente y por último la profesora. Va vestida de una forma un poco llamativa y escandalosa, me recuerda un poco a la manera de vestir de Vero. Los chicos van a estar encantados con la nueva profesora seguro. Empezamos la clase y me doy cuenta de que mi compañero de mesa Ale no está, no suele llegar tarde, ahora que lo pienso no se mucho de él, solo lo que le van diciendo los chicos de clase, le insultan y le llaman friki, es un poco triste que te discriminen por lo que te gusta, pero es el mundo que nos ha tocado vivir. Es un chico majo, no es muy hablador, y viste como una persona normal no como los chicos de ahora con esos pantalones cagados enseñado medio culo por ahí, haciendo algo que antes solo le pasaba al tonto del pueblo.
Hablando del rey de Roma, entra por la puerta Alex, todo el mundo le mira, se escuchan algunas risas y mofas por llegar tarde, la profesora le hace un gesto para que se siente en su sitio. Llega, viene bien vestido como siempre y me gusta su peinado, me mira y se sonroja, que gracioso.
- Buenos días Alex, hoy vienes muy guapo- le dije mirándole a los ojos y con una sonrisa de oreja a oreja. De pronto me empecé a sonrojar, y aparte la mirada para ver a la profesora y la lección que iba a empezar a dar.
Por lo visto Alex se ha quedado un poco sorprendido y no sabe muy bien que decir, también se ha sonrojado, no es muy guapo, pero con sus reacciones es muy mono, decidí tranquilizarle un poco.
- Tranquilo, no tienes que decir nada. – le volví a sonreír y de nuevo a atender.
Hoy podría ser un buen día, quizá e estado al lado de lo que buscaba y por eso, por estar tan cerca no lo he visto.
Espero que os guste, es otro punto de vista de ver la misma historia, poco a poco vereis como cambian las decisiones que uno toma segun uien las vea.
Un saludo Calamares !



        
        
      
Comentarios
partysummer - hace más de 10 años
Buenísimo!!!! Felicidades!!! Pon un enlace al post del capítulo clave en la otra historia para que cualquiera que acceda a este pueda leer el otro y viceversa.
No se pueden incorporar más comentarios a este blog.