Estrella fugaz
Una noche despejada iba caminando por el parque, me senté en un césped húmedo, junto a un pequeño lago para mirar las estrellas. Mientras miraba embobada el cielo, pasó una estrella fugaz. Tan brillante, tan espectacular como si fueran miles de luciérnagas volando en formación.
Pensé que a las estrellas fugaces se les tenían que pedir deseos y cerré los ojos muy fuerte únicamente pensando en una cosa: "No te vayas. Quédate un ratito más, estrella fugaz". Pero mi deseo no se cumplió, vi el cielo decepcionada, con ganas de moverme de lugar. Pero cuando me iba a levantar, una luz cegadora empezó a parpadear y la estrella fugaz habló.
-¿Por qué has pedido que me quede más tiempo? Nunca había oído semejante locura.
-Porque como pasas tan rápido, no se pueder admirar bien tu brillo y no llamas tanto la atención como las otras estrellas.
-Pero es necesario, porque si yo me quedase mucho más, la gente que pide deseos tendría mucho tiempo para pensárselo y no elegirían con el corazón.
Aunque la estrella me replicara, yo quería que cada vez que pasase pudiese admirarla, porque solo podía ver su estela y no me daba tiempo ni a despedirse.
-Pero, ¿se puede saber por qué vas concediendo deseos a la gente?
-Porque la todo el mundo empieza a dudar de todo, no confían en la ciencia, no confían en su fe, no confían en los demás y algunos incluso ni en si mismos. Yo les doy un deseo, pero a la vez les doy una esperanza de que ese sueño se pueda cumplir y sean felices.
-Todo eso es muy complicado. Yo no se en que confía la gente. Yo confío en que mañana salga el sol, pero no lo espero, porque no quiero que te vayas. ¿No te gustaría brillar todas las noches como todas las estrellas? Podríamos venir a admirarte todos los días y seguro que te lo pasarías bien viendo lo pequeñitos que somos.
-¿Para qué me serviría? Las demás estrellas son felices porque saben que van a vivir eternamente, pero yo en cambio, aprovecho que aparezco y desaparezco para cumplir los deseos de las personas.
-¿Tienes tú algún deseo?
-No.
-Mientes. Todos queremos algo con muchas ganas.
-Puede que tengas razón. Pero mi deseo nunca se cumplirá y no merece la pena pensar en ello.
-Pero tú, que cumples los deseos de los demás, ¿por qué no puedes cumplir el tuyo?
-Se te ha acabado el tiempo, pequeña.
-¿Cómo?
-Ya he cumplido tu deseo, hasta nunca.
Y me quedé en la hierba, tumbada mirando al cielo, esperando que la estrella fugaz algún día volviese a hablar conmigo y me contase que su sueño se había hecho realidad.



Comentarios
asher - hace más de 10 años
Mola mucho, esta genial mostaaaaa :D
spidrmancoy - hace más de 10 años
¿De dónde lo has copiado? xD Enhorabuena
- hace más de 10 años
Simplemente precioso.
prisionera de la ωeb - hace más de 10 años
Mosta mosta mosta mosta, esto lo presentas a un concurso y ganas.
mosta - hace más de 10 años
Me ruborizooo, preema =_= Grasias pepos
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