Plumón
Y lo sostuve en mis manos con el mayor cuidado posible, como si fuera una figurita de cristal de bohemia que tintineaba con el mínimo roce. Entre marrón y gris, con una corbata negra que le bajaba por el pecho y dos ojos como cuentas brillantes. Era muy suave. Iba dejando plumón por donde pasaba y arañando con sus pequeñas y puntiagudas uñas mis manos.
Me miró. Con toda la intensidad acumulada por centenares de seres como él, y a pesar de que tuve miedo, estuve obligada a enternecerme.
Eso fue al principio, cuando había perdido la esencia de lo que era. Siglos después ya se había recuperado, seguía bañándose en la arena de mi jardín, picoteando mis orejas y despertandome con su trino al alba.Me hacía feliz el propio hecho de verlo saltar. Nunca pisó los tablones de la puerta y tampoco se acercó a las ventanas para ver el exterior. Sus plumas se volvieron rutinarias, su canto una alarma que vencía al reloj por unos segundos, sus ojos dejaron de brillar de vida y se volvieron opacos a la tenue luz de una bombilla.
Y esperé, esperé su reacción. Pero no ocurrió nada.
Un día lo llamé y se posó en mi cabeza. Me picó un par de veces. Me dirigí hacia la puerta y la abrí. Noté su inquietud en mi pelo cada vez más revuelto. Lo cogí en mi mano y salí con él, mientras su corazoncito bailaba a ritmo de palmas. No se de que se asustaba, era lo mismo de siempre. Una brisa sopló y se arrebujó en si mismo. El viento, cambiante, llevadero, latente, casi lo arranca de mi. Y otra vez volvió a mirarme. Volvió la duda con aquellas cuentas humedecidas de preocupación y en un arrebato, quité las manos. Lo traicioné, y no tuvo más que volar hasta posarse en el frío suelo. No paraba de mirarme. Le di un puntapié y se fue agitando las alas, desapareciendo su figura entre el rosado cielo y las nubes.
Esa noche soñé que volvería por la mañana con una flor para mi.



Comentarios
airunosa - hace más de 9 años
Que duro es el dejar marchar....
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