Vivimos para trabajar
Todos los días igual: despegarse de la cama, ir al instituto, estar una media de 10 horas sentado al día, hablar con la misma gente, ir a los sitios a los que tienes que ir, hacer lo que debes hacer... A la hora de la cena nunca hay nada nuevo que contar.
En este tránsito a la madurez, pocos...




