Si tu supieras...
Libre ...por fin. Nunca lo quiso, solamente fueron bellas palabras en malos momentos, esa gran duda...naah, ya había jugado a ese juego, demasiadas fichas que había movido esperando desesperadamente su turno. Cada mera sonrisa era un demonio que anhelaba tachar del mapa a las demás, se sentía grande. O al menos lo bastante para hacer que los demás se sientan pequeños.
Aunque nada más lejos de esa limitada visión suya...Las risas nacían cada vez más rápido, al fin y al cabo , solo hacía falta una para empezar ese poderoso pero inocente efecto dominó, cruel tortura para ese pobre diablillo que solo buscaba una forzosa empatía .
Soledad ! Vieja amiga despiadada , por mucho que estaba en el punto de vista, sus miradas siempre eran desviadas de su persona al final, ahí fue cuando sus lazos fueron eternos, por fin sucumbió a su mortal llamada.
No recordaba que el aire pesara tanto, un afilado plomo en forma gaseosa, ¿Algún problema? siempre estaba esa vía de rendición. Tantas horas irrecuperables pensando en probar su fuerza con su móvil. ¡No era tan fácil eh! Se conformó con olvidarlo en un oscuro rincón mientras que de su imaginación fluían un montón de telarañas cubriéndolo como a un antiguo tesoro que nunca debería ser desvelado.
Esas llamadas...estaba apagado, más nunca podría haberlas escuchado mejor. Esos latidos...bombeando la sangre para 100 de los mejores atletas...era divertido imaginarse como le atravesaría en pecho en busca de aire. Pero no era así, cruel mundo onírico, fallando siempre en la culme... Una culme sin alma, alejada de esas manos que formaban un puño pero que sin embargo ahora estaban abiertas, buscando la suya para poder por fin dibujar una sonrisa en esa cara que por demasiado tiempo ha estado de color gris.
Sonriendo, estaba sonriendo , más ¿que importaba? aunque el gris se volviera rosa , seguía siendo un color, algo superficial, nada más lejos de un camuflaje limitado a un gesto de la cara.
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