El legado de La Guadaña de Caronte, pte 9 y 10
IX
Los chicos salieron corriendo a casa de Gozz, pero la suerte no estaba de su parte y no los chicos no habÃan encontrado a Caronte.
-No puede ser que esté tan escondido. ¿Catorce niños y nadie ha conseguido encontrarle? –preguntó Ethan.
-No, seguramente habrá echo ese truco que le hace ser invisible.
-Puede ser. Krasa, cuando veas calor sin cuerpo me avisas ¿Vale?
-No puedo estar asà todo el rato, recuerda que el Sol se va por la ventana.
Gozz levantó una ceja y frunció la boca.
-Cosas de asesinos –aclaró Ethan.
-Ahhhhh.
-Bien, bueno, vendré mañana.
-Adiós.
-Adiós –dijo Krasa giñándole un ojo.
Gozz se puso colorado y cerró la puerta.
Ethan y la joven fueron corriendo hacia las calles menos transitadas cuando se le ocurrió una idea a la chica.
-¡No busquemos por las callejuelas! ¡Rais sabrá que harÃamos eso, además la mejor forma de ocultarse es esconderse a plena vista! ¡A la plaza mayor!
Sin embargo la plaza estaba abarrotada de gente y de ninguna forma podrÃan encontrar al asesino. Asique Krasa se acercó a un hombre que se dedicaba a pintar la plaza. ParecÃa que el hombre se estaba dedicando ahora a hacer exactamente eso.
-¿Ha visto a un hombre de mediana edad, musculoso y con un flequillo rubio hasta los ojos? –preguntó Krasa.
-¿Qué te hace pensar que si lo he visto te lo voy a decir?
Krasa carraspeó y el hombre la miró. No exactamente a los ojos.
-¿Me lo va a decir?
-S…Si, claro –el hombre estaba embobado con el cuerpo de la joven, pero por un momento la miro a los ojos-, toma.
El hombre la tendió un cuadro que estaba expuesto en el suelo por si alguien lo compraba.
-Son cinco Metales.
-¿Si? Pues yo –le dio un beso en la mejilla, olÃa a Ron barato-, te doy un beso ¿Vale?
-S…si, si, claro que si –el hombre echó un ultimo vistazo bajo la barbilla de la chica y volvió a ponerse con el cuadro.
-Bien –dijo Krasa volviéndose a Ethan, que estaba con la boca abierta- ¿Qué? Son mis artes persuasivas. Bueno, a lo que iba, sabemos que va a venir dentro de un rato por la posición del Sol. Mientras podemos ir a un sastre y que nos haga unos disfraces, ir a comer por ahà que ya es hora e ir a una floristerÃa y coger un poco de Papaveris.
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Cuando acabaron, los dos parecÃan una pareja de Saudanios que estaban de vacaciones por Levart. Los dos llevaban una pequeña bolsa de papaveris escondida en su arma, la papaveris solo funcionaba cuando entraba en contacto con la sangre –lo habÃa aprendido Ethan en ese momento-, por eso Rais le habÃa clavado una daga en la garganta. Pero eso significaba que solo funcionaba cuando entraba en contacto con el cerebro, lo que quiere decir que tendrÃan que rajarle parte de la frente para que funcionara inmediatamente.
Pasó el tiempo y Rais no llegaba, pero justo cuando el Sol del dibujo coincidÃa con el Sol real, Rais apareció por la calle.
-Ahà esta –dijo Krasa mientras se escondÃa detrás de un pilar.
Los jóvenes tuvieron la suerte de que Rais se acomodara en el lado contrario del pilar, con la espalda apoyada en el mármol. Ese pilar en especial estaba justo al lado de la salida de la plaza asique estaban de suerte.
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Caronte se apoyó en el pilar por segunda vez en esa semana y esperarÃa hasta que la luna el Sol se pusiera justo encima de él, sin embargo algo extraño apareció: una mujer Saudiana con muy buenas dotes se le acercó e intentó venderle un poco de tomillo, pero después, sacó una daga de su vestido y se la fue a clavar a Rais en la frente. Lo único que pudo hacer Caronte fue poner la mano para que no le atravesara el cráneo.
-Krasa, no hacÃa falta matar de verdad, es solo una prueba –dijo Caronte, se notaba débil.
Alguien le susurró algo al oÃdo, el asintió y luego calló al suelo cuan largo era.
-No ha sido perfecto, pero vale –oyó decir a una voz y de repente todo se volvió negro.
X
-Ya está –dijo el asesino dejando el cadáver encima de la mesa.
-¿Lo has matado? –preguntó una voz desde el extremo opuesto del mueble.
-Si, no ha sido fácil pero… uno tiene sus trucos –dijo el joven enseñando una daga que se ocultaba en un brazalete.
-¿Qué no ha sido fácil? ¿Tú sabes cuantas personas han muerto? –casi gritó una mujer al lado del hombre, los dos estaban escondidos en las sombras en el lado opuesto de la mesa que el asesino.
-Si, creo que… –el ejecutor comenzó a subir los dedos de una mano-, veintitrés.
-¿Y cómo es que te ha resultado tan fácil? –preguntó el hombre oculto.
-Ya le dije –sacó la daga del brazalete-, que tengo mis trucos. Y Rais Caronte no es nadie para mi Instinto.
-Bien, bien. Pues déjalo encima de la mesa y acércate para que te demos el dinero.
Ethan lo iba a hacer cuando un grito resonó en la habitación. El joven no vio nada, pues sabÃa que era una ilusión, sin embargo las dos personas gritaron otra vez de sorpresa y empezaron a toser. Aquella era la señal, Ethan se acercó a la puerta y la abrió. Algo estaba enfrente de él, un hombre de dos metros y más musculoso que Rais y Ethan juntos.
El chico no perdió tiempo, ralentizó el tiempo y fue a atacarle. Pero Ethan se sintió muy pesado de repente y no se podÃa mover.
-Te presento a Tao y Babae. Los gemelos –dijo la mujer-. Solo has visto a Tao por que Babae está cogiendo a tu amiga Krasa… ¡Ah! Mira, ahà está.
-¿C…Ó…M…O? -peguntó Ethan.
-¿Cómo has podido quedarte asÃ? ¿O cómo es que te poder no ha funcionado? –preguntó el hombre- Te responderé a las dos. Tao tiene el Instinto de ser un espejo, el Instinto que hagas si estas mirándole se refleja en ti. Sólo si Babae te toca el poder de Tao se disuelve. Por el contrario Babae tiene el Instinto de ser un agujero negro, que como no sabes lo que es te lo voy a explicar, la población está muy atrasada… Un agujero negro es una especie de agujero en el cielo que chupa todo lo que hay alrededor suyo, por lo tanto, si utilizas el Instinto delante de Babae el Sol que tiras por la ventana va hacia un agujero que es ella, asique no funciona. Pero hay más, como el agujero chupa todo lo que hay, no deja que la ventana se cierre y absorbe todo el Sol, hasta llegar a la energÃa vital.
Ethan se dio cuenta de que no habÃa dicho nada sobre que Tao fuera un agujero negro asique cerró la ventana y se quedó quieto para hacer un ataque sorpresa. De repente algo golpeó contra el, pero no le hizo tambalearse, fue un toque de atención. E giró y vio una mano de Rais subiendo el pulgar hacia arriba.
<<Parece ser que escuchó el plan –pensó Ethan>>
Con la confusión de Tao y Babae, Rais se habÃa echo invisible y ahora, según creÃa Ethan, iba a coger la mano de Tao primero y tocar a Krasa, luego atacarÃan. Esperó mientras la mujer divagaba sobre lo maravillosos que eran sus siervos.
Por primera vez Ethan olió lo que tenÃa alrededor, habÃa cerrado los ojos porque si no tendrÃa que tenerlos abiertos a causa del tiempo y ahora necesitaba saber donde se encontraba exactamente por el tacto, el olfato y el oÃdo. Tao olÃa a Ron barato y a sudor por lo que se podÃa deducir que le gustaba lo fuerte. Ethan abrió los ojos un poco, sin que se diera cuenta nadie, y se fijó también en las costillas mal soldadas que tenÃa. Luego cerró los ojos y fijó su oÃdo en el corazón de Tao. Una de las costillas mal soldadas le estaba tocando el corazón. Era difÃcil de explicar pero lo notaba por el latido del corazón. Luego se dio cuenta de su respiración, agitada. Volvió a semi abrir los ojos y vio que tenÃa una botella de Ron, justo en el bolsillo de la derecha. Eso querÃa decir que era diestro. TenÃa la nariz rota, habÃa peleado varias veces.
Hizo algo que no estaba planeado en su plan maestro, pero que lo acababa de planear en ese momento.
Golpeó primero la costilla mal soldada que tocaba el corazón con la parte plana de la mano, Tao se echó para atrás y nadie se movió por la sorpresa. Tao, desangrándose por dentro sin saberlo, atacó con la derecha haciendo un gancho y como Ethan ya sabÃa que iba a hacer eso, se echó un poco para atrás y agarró el antebrazo de la mano derecha cuando aún estaba en movimiento y tiró para su derecha, dejándole al descubierto la espalda del hombre. Ethan saltó para llegar y golpeó con el puño cerrado las vertebras del cuello de Tao. El hombre y la mujer ocultos en sombras seguÃan anonadados y no se movÃan. En parte para no fastidiar la belleza de aquella pelea, en parte porque iba tan rápido que no podÃan pararlo.
Tao calló al suelo con las vertebras desencajadas, un brazo roto por la fuerza que habÃa utilizado Ethan y desangrándose por dentro. Pero resistió, e intentó levantarse, pero las vertebras se lo impidieron y un rio de sangre le empezó a manar por la boca.
Rais aprovechó el momento para descubrirse y coger a Tao por el brazo para lanzárselo a su gemelo, que no lo consiguió parar. Krasa quedó liberada del agujero negro y calló al suelo, estaba muy débil, Babae habÃa chupado casi toda su energÃa vital.
Ahà quedó claro que las sombras de los escondidos era una habilidad de arma, pues habÃan estado mucho tiempo con él y la luz les daba pero seguÃan ocultos.
-Nos encontraremos pronto, Ethan de Solonoc.
Dicho esto, los dos desaparecieron completamente.
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Comentarios
partyflipa - hace más de 12 años
Vaya, tenemos personajes nuevos y dan un pelÃn de miedo, ¿no? ¡Ugh! Qué guarrada lo de las costillas jajajaja Oye, añado estos capÃtulos al recopilatorio: https://www.cibercorresponsales.org/perfiles/oberrios/blogs/novelas-por-cap%C3%ADtulos-publicadas-por-cibercorresponsales-1
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