Cibercorresponsales

SEXTO CAPITULO-LOS CUATRO ELEMENTOS

Publicado por luisc el 04/08/2012 · Categorías: Creación

 

 

-Vale, pero, ¿Para qué quiere destruir Nefas la Tierra?

<<Para que ya no haya seres humanos y gobernarla él>>

-¿Pero no se destruiría Nefas también?

-<<No Claudia, está en otro plano>>

-¿Plano?

<<Dimensión, Claudia, un plano es una dimensión>>

-Aaaah.

-<<No me extraña que te quitasen el fragmento>> -dijo el fénix entre picos>>

-¿Qué?

-<<Nada, nada, no he dicho nada. >>

Desapareció y Claudia volvió a estar en el colegio con sus "amigos". Todas las clases durante esa semana se suspenderían, a Claudia le molestó un poco porque la única clase que quedaba esa semana era la de plástica. Al volver, como vio que el hermano de Drake, Luis, se había quedado solo porque su hermana y su hermano se habían ido con sus amigos, le pregunto que si quería que fuera con ella a su casa, y el asintió, no era un chico de muchas palabras. Durante el camino mencionaron algunas cosas sobre sus vidas, y Luis dijo algo que la hizo recordar algo, no sabía qué, pero el niño había dicho:

-He estado en Dricao, Klatro y Ftesde.

-Cuánto viaje ¿No?-dijo Claudia-estarás un poco cansado de mudarte.

-No creas, me gustan mucho las ciudades, y puedo hablar en otro idioma. ¿Quieres que te diga hola en ástade?

-Vale-dijo Claudia-me molaría mucho.

-الو, es así de fácil

-¿Cómo has dicho?

-الو

-Ahhhhh

Y se rieron, era extraño, pero sentía que le inundaba una ola de alegría, igual que con Drake

Ahh, Drake.

Era como estar con su chico, le llegaba una tempestad alegre, pero claro está a Claudia no le gustaba Luis, ella pensaba que era un niño pequeño

Cuando llegó a casa, saludó a todos con un abrazo bien fuerte, pero esa alegría se terminó cuando se congeló todo, o casi todo...

Claudia estaba en su cuarto, y esta vez el fénix no estaba solo, venía con una especie de figura que no tenía consistencia

-Un un, un fantasma ¡Aaaah!-dijo Claudia.

<<Creí que ya me conocías>>

Resonó una voz en el interior de la cabeza de Claudia, esa voz ya la conocía, la conocía de hace unos días, que le dijo que no se fiara, pero ¿De quién no se podía fiar Claudia? ¿A quién se referirá? Pero antes de que Claudia empezara a pronunciarlas, el fantasma dijo:

<<Todo a su momento, todo a su momento. >>

-¿Qué? -dijo Claudia- ¿Por qué has venido!

Pero el fantasma había desaparecido.

<<Que te pasa Claudia>>

-¿No lo has visto?

<<Ver el qué>>

-Al fantasma

<<Ah, es tu primera vez, Claudia a veces se nos aparecen las imágenes de animas del mundo de los muertos para avisarnos de algo, pero lo que te ha dicho, es tuyo, sólo tuyo. Bueno, acabada esta clase de teoría, vamos a pelear. >>

Entonces Claudia le miro con una seria cara aunque por dentro estaba muy sorprendida por lo que le había pasado con el fantasma. El fénix  sin vacilar ataco a Claudia como muchas veces anteriores, con una llamarada lanzada en el batir de sus alas. Claudia no se habría percatado de no ser por el fogonazo de luz, así que cogió un cojín a tiempo y este explotó, no se había dado cuenta de que era inmune al fuego. Claudia, en su contraataque, fue corriendo hacia él y le intento dar una patada, el fénix la esquivo, Claudia se quedó perpleja, porque cuando le echaba fuego al ave este apenas se movía pero se dio cuenta que él no quería que especialmente los ataques físicos le rozaran. En ese momento Claudia supo cómo derrotarlo y que no volviera a atacarla ese maldito pájaro. Cogió un bastón de campo que ella tenía de una excursión y rápidamente se colocó delante del fénix. Este se lanzó hacia ella con un aullido tenaz, justo como quería Claudia, corrió hacia un lado, en el momento en el que el fénix se giró para atacarla, ella salto encima del fénix con el palo haciendo de pértiga, y en el aire le puso el palo en el cuello y, junto todo su poder, se concentró e intento apretar más el cuello y ahogar al fénix contra el suelo. Cuando lo hizo vio que su plan improvisado funcionaba, aunque al ahogarlo, el fénix se defendió y empezó a echar llamas. Claudia intentaba resistir las llamas, empezó a jadear, notaba como su energía se consumía, se le cerraban los parpados… De repente, de la nada apareció un duende ígneo y le dio un puñetazo al fénix. El ave, por un momento paro de echar llamas y Claudia aprovechó ese momento para escapar. Ella se preguntaba como podía ser que un duende ígneo, antiguo enemigo suyo le ayudaba.

<<Te estas preguntando por qué el duende te ayuda ¿no?>>

-Exactamente, y te leo en los ojos que sabes la respuesta.

<<Hay que ver lo observadora que te has vuelto desde la última vez>>

-Vale, pero ¿me lo vas a decir?

<<Estos pequeños seres te siguen porque antes al vencerlos te has ganado su admiración y confianza.>>

-Yo nunca les pedí ayuda.

<<Pero aun así te la damos>>

Esta última voz desconcertó a Claudia porque no era como la serena voz del fénix, si no que era muy grave  y parecía estar algo ronca.

A Claudia le convenció y le pareció que se podía confiar en el así que dijo:

-Bueno… si no tengo otra alternativa.

<<Gracias, señora del fuego>>

<<Señores, sigamos luchando por favor>>

En ese momento Claudia se lanzó contra el fénix y en cuanto este le lanzo una llamarada, un duende se puso en medio para interceptar el fuego entre Claudia y el pájaro. Y este explotó, poco tiempo después volvió a salir del suelo Claudia se alegró de que sus secuaces fueran algo más persistentes.

-Es mejor cuando cooperan contigo que cuando están en tu contra.-dijo Claudia.
Y el fénix, que parecía que nunca se cansaba, para volver a atacar sacó otra criatura de fuego; este no era como los duendes ígneos, pequeños y rechonchos, sino que era algo más grande de tamaño pero comparado con Claudia era bastante bajito, así que esta no le dio mucha importancia. Cuando empezó la pelea, el duende ígneo se lanzó contra el trasgo infernal pero este de la nada saco una maza  y le golpeó con ella. Claudia se dio cuenta de que aunque no parecía gran cosa, por el golpe, supo de que aquel pequeño ser era muy fuerte. Mientras pensaba lo que hacer, Claudia y su pequeño amigo luchaban en una dura batalla por subsistir y cada vez le dolía más los huesos, tenía la piel más chamuscada, también el número de costras en esta aumentaban velozmente. A su vez  el duende ígneo estaba igual que ella, intentando sobrevivir a los golpes recibidos y saliendo del fuego como podía porque el trasgo infernal no le dejaba tiempo a hacer nada y le volvía a atizar. Y nada estuvo decidido, hasta que por fin el fénix dijo telepáticamente con una pequeña sonrisa:

<<Se me acabó el tiempo de juego>>

Claudia se encolerizó al escuchar esa oración y maldijo al pájaro. Ella y su seguidor estaban sin fuerza alguna, medios muertos y ese pájaro del demonio decía que era un juego, un estúpido juego. Entonces pensó:

-¿Con que un juego? Pues que sepas que no pienso jugar más a este pasatiempo.

Y con este pensamiento desapareció y todo volvió a la normalidad. Su hermano se acercó a ella, la cogió de la manga y se la llevó al su cuarto.

-¿Cómo te has tele transportado con llamas hasta tu cuarto?

-He... Yo... bue...-tartamudeó Claudia, esto le recordaba a un hecho pasado.

-¡Responde!- Dijo el hermano encolerizado.

Claudia, se puso tan nerviosa, que lanzo sin querer una bola de fuego a su hermano, pero ocurrió algo que ninguno de los dos esperaba, al hermano le dio de lleno en la tripa sin hacerle ni una pequeña quemadura.

-¿Que me has hecho, monstruo? -y salió corriendo de la habitación.

Monstruo, monstro...Era palabra que más le había afectado en toda su vida, monstruo...