Entre niebla 1ª parte
Entre niebla
¿Por qué es todo blanco? Espera...¿es negro o blanco? No, no definitivamente es rojo, si rojo...
Pero bueno...¡como narices he llegado aquí! Veamos...
« Esta mañana me he despertado sobre las seis, he desayunado en el Bar de Ramón...¡Sí eso! A Ramón se le han quemado los huevos y por eso solo he tomado café. Desde que Susana se fue no me ha quedado otra que desayunar, comer y cenar en ese puñetero bar.
« Susana... se fue por mi trabajo, no le gustaba que pasase tanto tiempo con el ordenador, pero...¡Qué quiere que haga, un bufete de abogados da mucho trabajo!
« Después me he ido rápidamente a trabajar, pero ha pasado algo. No lo recuerdo...¡A sí, el maletín! Se me olvidó en el loft de apenas sesenta metros cuadrados que alquilé cuándo Susana me echó de casa.
« Entré, eché un rápido vistazo al salón-cocina que apenas se diferenciaba por una fina encimera de mármol blanco, corrí a la habitación, dónde las maletas seguían tiradas de cualquier manera en la moqueta. Y no es que no me gustase el piso... es solo qué no había tenido tiempo suficiente para deshacerlas. El maletín estaba a los pies de la cama. Lo cogí y salí corriendo cerrando la puerta a mis espaldas. Bajé las escaleras y me dispuse a cruzar la calle, pero pasó un enorme cuatro por cuatro y... sí, me atropelló. »
De modo qué...esto es el cielo ¿no? Bueno tampoco es que haya sido un santo toda mi vida, pero estoy seguro de que no es el infiero. Lo se por que huele a lavanda. Ese era el olor de Susana por las mañanas, algo tan bello solo puede oler de esa forma, por lo que el cielo será igual de hermoso.
Aunque esta misteriosa niebla no me deja ver nada en absoluto, empezó siendo blanca, luego negra y por último roja, y ahora se está volviendo azul. Y tantos colores me hace creer que estoy más solo de lo que en realidad me encuentro. Como si cada color intentase llenar cada aspecto de mi vida que necesita más luz.
Tampoco es que me esperase un gran recibimiento, pero mi perro Rony, mi padre, o tal vez una persona parecida a mi que pudiese ser mi madre...
Tampoco es que me vaya a hacer ilusiones intentando reconocerla, ni siquiera sé si está muerta, se fue de mi lado cuándo tenía dos años, no la recuerdo, aunque siempre me abría gustado conocerla. Por eso no me voy a hacer ilusiones, cuándo podría ser cualquier otra cosa la que acabase apareciendo entre la niebla que se va acumulando en un único punto, formando una silueta que, la verdad, no me dice nada. Porque no parece un animal, ni un objeto y mucho menos una persona. De todas formas me dan ganas de tocarlo, como si fuese polvo de oro y tuviese que acercarme hasta unirme con él para ser algo mucho más puro, pero cuando lo voy a hacer la figura siempre desaparece, y me deja solo con una sensación de vacío. Pero eso no va a volver a ocurrir, la próxima vez que aparezca la voy a tocar y a hacer mía, debo ser rápido.
A la derecha de lo que tendría que ser mi mano, se empieza a unir en un punto un poco más bajo al de mi cintura un pequeño tumulto de niebla que va creciendo hasta la altura de mi nariz, y rápido como una bala lo agarro, y al instante noto una humedad que va ascendiendo hasta mi cabeza, donde todo se desvanece y vuelve la penumbra en la que me encontraba antes de llegar a este misterioso lugar.
Al abrir de nuevo los ojos, descubro que estoy en un hospital. Es una sala pequeña, modesta, con un único punto de luz en la esquina derecha. Una lámpara alumbra el libro que sostiene Susana ...

¿QUERÉIS QUE OS CUENTE EL FINAL? ¡DECÍDMELO Y LO HARÉ ENCANTADA!



Comentarios
jl3911 - hace más de 13 años
Haz el final¡¡ :D Esta muy chulo, me a encantado, felicidades
partyflipo - hace más de 13 años
Ayyyy.... no nos dejes así.... ¡ Yo voto por que la historia CONTINÚE !
partyflipa - hace más de 13 años
Ya le he dado al "me gusta"... ¿cuántos necesitas?, ¿a quién hay que llamar? jejeje Sigueeeeeeeeeeee...
No se pueden incorporar más comentarios a este blog.