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Operación

Publicado por larisa el 02/10/2013 · Categorías: Sobre mí

Hola me llamo Larisa y os contaré un mal trago de mi vida.

Me operaron hace poco, hace un mes, de amigdalitis (anginas) lo pasaba fatal, de hace tres años cada mes  no paraba de ponerme mala incluso hasta cinco días seguidos, hasta que por fin me dijeron que me operarían. Tuve que esperar bastante pero gracias a una amiga de mi madre que me enchufó, me metieron más rápido para operar, fue una suerte la verdad no podía más.

Llego el día tan esperado, el 4 de septiembre.

Yo tan ilusionada de que me ingresaran, ya que nunca me ha pasado nada grave, bueno tengo un historial largo de accidentes pero ninguno de operación. Os cuento: me abrí la cabeza, me rajé la tripa con un alambre, me caí del carro de mi abuelo en marcha, me atropelló un coche y me caí a una fuente…una de las muchas pesadillas de mi vida.

Pero esta me ha dejado tocada, ya que de las otras ya ni me acuerdo, pero creerme te dejan marca y sobretodo cicatriz.

Fue una sensación rara estar en el hospital ya que hace cosa de dos-tres años mi madre iba a tener un bebe y no pudo ser. Y volver al hospital me traía recuerdos malos.

Todo iba genial hasta que llegaron las doce de la noche que ya no podía comer lo pasé mal…y al siguiente día me dijeron que me llamarían para operar así que no tardarían mucho. Pues si, si tardaron, entre a las dos de la tarde y yo muerta de hambre.

Fue una sensación súper extraña, ya que te llevan en la camilla al quirófano y lo peor de todo es que tienes que ir DESNUDO solo con un paño pequeño tapándote. Yo estaba poniéndome cada vez más nerviosa me temblaba el cuerpo, el corazón me iba más rápido y  tenía sudores fríos. Entre con mi madre hasta el pre quirófano y la pobre le dio tanto miedo que se salió y me dejo sola….hasta que vino mi padre un minuto después jaja sentía pánico pero alivio a la vez, sabía que nunca más me dolerían las anginas y eso te quita un peso de encima creerme. Hasta me hice una foto sonriendo en la camilla, pero estaba aterrorizada.

Me llevaron al quirófano, veía a mi padre cada vez más pequeño, se estaba quedando atrás y yo no quería eso, yo quería que estuviese a mi lado en cada momento : (

Dios estaba dentro de un quirófano! Yo la niña que le ha pasado de todo en esta vida “y lo que me queda”

Me tuve que cambiar de mi cama a la camilla de operación, es muy pequeña la verdad, te puedes caer como te muevas un poco, empezaron a ponerme electrodos, a taparme el pelo, los pies y mientras tanto yo mareada ya que me habían metido anestesia en vena. Cuando me pusieron la mascarilla me dijeron piensa en algo bonito no me decidí a pensar nada, salió solo, pensé en mi abuela, en mi madre, mi padre y en una playa desierta donde estaría yo, me puse a rezar el padre nuestro pero ni lo empecé y me dormí.

Desperté desorientada, mareada y asustada en la Rehabilitación, me quería levantar hasta que vino una enfermera y me dijo que no, no podía levantarme, y así me dormí de nuevo. Desperté, miré el reloj, vi que eran las ocho de la tarde, -madre mía llevo seis horas inconsciente! –pensé. Quería irme con mis padres no me gustaba esto, estaba llena de parches y me daba miedo…

Volvió la enfermera (muy simpática ella) y me dijo lo que pasó, fue una operación difícil tenia las anginas muy pegadas a la garganta, incluso me dieron puntos, me acuerdo de que tragué, y si, me dio miedo hacerlo. Por fin media hora después salí de la REA. Y pude ver a mis padres, fue un momento increíble enserio, mi padre me sonrió eso me subió la autoestima ya que estaba fatal.

Me alegré mucho de verlos, tanto que nos quejamos de nuestros padres pero son lo más importante para nosotros. Me asuste muchísimo porque tragaba algo y subía de nuevo, mi padre llamo a un enfermero y dijo que podría ser un coagulo de sangre, iiiuuu eso me dio mucho asco, hasta que vio que era la campanilla, creerme era igual de grande que el dedo pulgar…dormí allí y al siguiente día me dieron el alta.

La primera semana la lleve pues eso la lleve que no es poco me dolía bastante la verdad. Pero la segunda semana, eso fue un infierno, no podía hablar, comer ni agua podía beber. Mis padres vieron que no estaba recuperándome y fuimos a urgencias, dijeron que tenía infección en la garganta. –Esto no podría ir peor. –pensé y fue peor, sí señor. Al siguiente día estuve siete horas en urgencias porque no paraba de llorar del dolor, me recuperé un poco pero el dolor seguía. A pasado ya un mes y gracias a Dios estoy casi recuperada. A sido un mes de sufrimiento pero creo que ha merecido la pena, la salud es lo más importante.

Siento haberos aburrido, pero lo pase mal, espero que nunca os pase nada como para pasar por quirófano, se pasa mal…