Puñetazos que ya dimos...
Hemos sido testigos de un puñetazo al Presidente del Gobierno. El primer puñetazo que se da a un Presidente en los casi 40 años de democracia que llevamos. Es un puñetazo del que como joven, condeno y muestro mi más sincera repulsa, porque los jóvenes somos más que un simple puñetazo y somos más que un simple acto negativo que muestra la juventud en un lugar y tiempo determinado.
Aún así me parece un acto trascendental, entiendo y dejo claro que no hay razón alguna para poder justificar este bárbaro hecho. Aún así “metafóricamente” el puñetazo llega tarde. Sí, no al Presidente del Gobierno ni mucho menos, pero si a la actuación de éste durante estos cuatro años.
Un puñetazo que dio hace tiempo ya el 15M, un puñetazo que dio Ada Colau y su Stop Desahucios, un puñetazo que dieron los mayores de la Preferentes, un puñetazo que ha dado, y que debería haber sido mucho mayor, la sociedad española al PP. Sí, al Partido Popular, que es el gobierna y el, sin entrar en ideología política alguna, es el que ahora se valora después de cuatro años en el poder.
Los padres de familia han tenido que dar puñetazos diarios para encontrar algo de trabajo, que si han tenido la fortuna de que llegue ha sido de forma precaria y abusiva. Puñetazo real el que ha dado esos padres que han tenido que poner una mesa que era para dos para seis, porque sus hijos y sus nietos han vuelto a casa. Puñetazo el que han dado los hijos de esos abuelos que han sido estafados por su propio banco. Puñetazo el que cada día tiene que meter María, esa mujer de sesenta y cinco años que debe ya más de cien euros en pan, y que nadie sabe como estira el dinero para que puedan comer todos los días en casa unos niños que se fueron con expectativas y que volvieron sin ellas.
Puñetazo el que sigue dando ese padre de Marta del Castillo a la justicia, un puñetazo que debería ser más grande aún, porque tres niños se están riendo de una justicia firme, o eso dicen, que tenemos en España. Puñetazo él que con sus manos, y con más setenta años, tiene que volver al campo a recoger lo poquito que siembra para poder poner un puchero y una comida caliente en su casa. Y valiente por los puñetazos que están dado son ellos, los niños y niñas de nuestro país, que más de dos millones viven en la pobreza. Sí, niños y niñas que se van cada noche a la cama sin cenar. Y puñetazo el que siguen dado, y nadie se entera, los comedores sociales de nuestro país. Que recogen cada día a miles y miles de personas que dignamente comen gracias a la labor de otras personas. Puñetazo el que dan cada día a la puerta esos padres que salen a buscar trabajo, y se encuentran con otros padres que no tienen tampoco. Puñetazos además dan esos jóvenes, los jóvenes de nuestro país, que saben lo que es ir al McDonald´s y no poder comerse un menú grande. Ellos también son supervivientes, porque saben hacer los menus con hamburguesas de euros mejor que la abuela el ganchillo. Y puñetazo el que tuvieron que dar esos padres al llegar a casa y ver que se quedan sin hijo. Que su hijo se ha ido afuera, se ha ido a Alemania, a Francia, a Estados Unidos a buscar trabajo. Puñetazo el que dan esos hijos cada día a la mesilla de noche donde tienen la foto de sus padres, de sus hermanos, de su abuela y puñetazo el que tienen que dar de rabia por no poder abrazar cuando quieren a sus seres queridos. Puñetazo que duele aún más, pero este sí, a unos kilómetros considerables, de distancia.
Puñetazo el que dieron las mujeres en el Tren de la Libertad, que toda una sociedad se puso de acuerdo para que los políticos tuviera que echarse atrás y no promulgar leyes incoherentes e insensatas. Puñetazo, hombre ya, el que dan los 46 millones de españoles cada día para vivir. O sobrevivir, que es más difícil aún. Puñetazo el que da ese médico que le dice a alguien que tiene Cáncer, y el puñetazo más fuerte aún, decirle que en Sanidad se va a recortar. Pero saben ustedes acaso lo que es tener a un enfermo y que éste pueda ser curado libremente sin mirar nada más? Sabe usted lo que nos ha costado eso y la de puñetazos que han dado mis abuelos para tener lo que tenemos hoy en día? Y esos puñetazos que han tenido que dar los profesores de nuestro país después de no tener ni tizas para poder dar clase. Puñetazo el de la marea blanca, el de marea violeta, el de la marea verde… Si por mareas en España, presidente, tenemos para hartar. Si usted, por lo que se ve, en vez de crear empleo ha creado mareas de indignado con unas políticas; que no entro a valorar, a muchos no le han hecho gracia.
Puñetazo el que tendría que haber dado el Presidente del Gobierno cuando rescató bancos, y no a personas. Puñetazo que nunca llegó cuando se dio cuenta de que en su país había gente que lloraba por las noches porque sus niños se tenían que inventar lo que había dentro del bocadillo. Que en su país los niños no eran iguales, que la desigualdad está presente. Y que no es bonito mirar para otro lado.
Hombre, ya. Que de puñetazos en España vamos sobrado. Y sabemos que los anillos no se caen, y que si tenemos que dar puñetazos los vamos en la dar en la urnas. Como mejor saberlo hacerlo, y como la democracia nos ha enseñado. Porque entedemos que en cuanto se pierde la forma, se pierde la razón. Y nosotros, los 46 millones de españoles, la tenemos.
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