El largo camino del fútbol femenino
Ya sabréis que la selección de balompié ganó la Copa Mundial el pasado mes de agosto. Poco se ha hablado de ello, pues el ya famoso beso del Presidente de la Federación, Luis Rubiales, a la jugadora Jenny Hermoso, sin su consentimiento, ha tapado un logro mayúsculo para la gloria futbolística de nuestro país.
Es por ello que hoy quería poneros en contexto tan grandiosa hazaña, porque las mujeres en España no han tenido nada fácil poder practicar este deporte. Ya el año pasado 15 jugadoras manifestaron acontecimientos dentro de la selección que afectaban a su salud. Además, en 2015 se quejaron de los comentarios machistas por parte del seleccionador de entonces, Ignacio Quereda. Tuvieron incluso que enfrentarse a la misma Federación quien las tachaba de caprichosas. Además, han tenido que solventar situaciones muy adversas. Por ejemplo, hasta 2020 no consiguieron estar respaldadas por un convenio colectivo y hasta 2022 la liga femenina aún no había sido declarada profesional. Previamente a ello, jugaban en clubes que les pagaban algunos incluso en negro o bajo contratos que nada tenían que ver con la condición de jugadora. Con el convenio de 2020 se consiguió un sueldo mínimo anual de 16.000 euros, revisiones médicas obligatorias por parte de los clubes y que, en caso de embarazo, la jugadora pudiera decidir si renovar o no un año más. En cuanto a la Federación, hasta este pasado mundial no contaban con un nutricionista ni con un plan de conciliación familiar.
¿Qué queda por hacer? Mucho. Pues desterrar el machismo de la sociedad y del deporte no es labor de un día, pero al menos podemos decir que vemos que algo está cambiando en nuestra sociedad y que poco a poco lograremos que la palabra equidad sea una realidad.



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