El Internado Blackthorn Capitulo 9
Capítulo 9: La traición en la sombra
Las escaleras del túnel crujían mientras huían, pero Emma no soltaba los documentos. Cada página que había leído hacía que todo encajara… y doliera más.
Su vida había sido una mentira.
Cuando llegaron a una sala abandonada bajo el gimnasio, se detuvieron para respirar. El lugar estaba lleno de colchones viejos, bancos rotos y linternas antiguas. Eliza se arrodilló y sacó una manta polvorienta de una caja.
—Este era mi escondite… cuando todo empezó.
Emma se sentó, sin dejar de mirar la carpeta con su nombre. Nora y Liam la observaban en silencio.
—No soy solo una estudiante más, ¿verdad? —preguntó Emma, sin mirar a nadie—. Soy parte de ese experimento. Tal vez… soy la razón por la que eso está despierto.
—No digas eso —dijo Nora, firme—. No es tu culpa. Es culpa del director. De los que te borraron los recuerdos.
Emma asintió, pero aún sentía un nudo en el estómago.
—¿Y si por mi culpa alguien más desaparece? ¿Y si… no puedo controlarlo?
—Tal vez por eso estás aquí ahora —susurró Eliza—. Tal vez tú puedes detenerlo.
En ese momento, Liam se alejó del grupo. Fingía revisar el pasillo, pero Emma lo observó. Estaba... raro.
Demasiado tranquilo. Y luego, lo vio sacar algo del bolsillo: un pequeño transmisor.
—¿Qué es eso? —preguntó Emma, poniéndose de pie.
Liam se giró, sorprendido… o tal vez no.
—Lo siento, Emma. De verdad. Pero si no se lo decía… nos iban a encontrar igual.
—¿A quién se lo dijiste? —preguntó Nora, dando un paso atrás.
—Al director.
BOOM.
Un fuerte sonido arriba. Puertas abriéndose. Voces. Linternas. Pasos.
—¡Nos han encontrado! —gritó Eliza.
Emma miró a Liam con el corazón roto.
—¿Nos vendiste?
—¡Quiero sobrevivir! —gritó él—. ¡No sabes lo que pasa si te atrapan! ¡Yo… ya fui parte de los experimentos también! Me dijeron que si los ayudaba… me dejarían en paz.
Emma bajó la cabeza.
—Entonces… no eres uno de nosotros.
De pronto, una sombra enorme apareció al fondo del pasillo. Pero no era el director. Ni los guardias.
Era la cosa del túnel.
Emma no lo pensó. Tomó a Nora y a Eliza de la mano y corrieron por una salida lateral. Liam gritó detrás de ellas:
—¡AYUDA! ¡ESTÁ AQUÍ! ¡AYU—!
Su grito fue interrumpido por un rugido… y silencio.
Emma no miró atrás.
Solo una cosa estaba clara:
Ya no podían confiar en nadie.
Y estaban solas contra un monstruo... y contra todo el internado.



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