Inviernos que Arden: Undécimo capítulo
📘 Capítulo 11: Siempre fuiste tú
Llegó como si nada.
Una tarde cualquiera.
Con las manos en los bolsillos, el pelo revuelto por el viento… y los ojos llorando aunque sonriera.
—Hola —dijo, como si no hubiera pasado nada.
—Hola —respondí, sin saber si abrazarlo o golpearlo.
Pero no tuve que elegir.
Él corrió hacia mí.
Y yo… lo abracé como si mi cuerpo lo hubiera estado esperando desde siempre.
—¿Por qué volviste? —pregunté, con la voz temblando.
—Porque te soñé. Cada noche. Porque volví a ser yo. Porque me miré al espejo y por fin… no sentí miedo.
—¿Y ahora?
—Ahora quiero quedarme. Pero no te pido que me perdones. Solo que me creas cuando te diga…
Puso su frente contra la mía.
—Siempre fuiste tú.
Y por primera vez, no hubo culpa.
Solo amor.
Del de verdad.
Del que sobrevive a inviernos, miedos y despedidas.



Comentarios