Tormentas de Otoño: Séptimo capítulo
📘 Capítulo 7: Un fuego llamado tú
Después del accidente, Elías cambió.
Ya no sonreía como antes. Tenía miedo. Dormía mal. Despertaba sudando. No quería subirse a una moto.
Pero seguía teniéndome a mí.
Y eso era lo único que no había perdido.
—¿Por qué no me dijiste que estabas tan mal? —le pregunté una noche, tumbados en el sofá de mi casa, solos.
—Porque tenía miedo de que te fueras.
—Y ahora casi te vas tú.
Él me miró. Lento. Dolido.
—Hay días en los que me cuesta seguir. No por ti. Por mí. Por todo lo que arrastro. Por todo lo que no sé cómo soltar.
—Entonces no lo sueltes solo. Agárrate a mí.
Se quedó callado. Luego me tocó el rostro, despacio, como si tuviera miedo de romperme también a mí.
—No sabes lo que significas para mí, Aitana. Eres el único fuego que no me quema. O tal vez sí… pero prefiero arder contigo que congelarme sin ti.
Nos besamos.
Pero esta vez fue distinto.
No fue solo deseo. Ni rebeldía.
Fue amor. Real. Desnudo. Vulnerable.
Nos quitamos los miedos como quien se quita la ropa.
Y nos entregamos el alma sin promesas, pero con verdades.
—No me sueltes —le pedí.
—Nunca —me prometió.
Y esa noche, no fuimos adolescentes perdidos, ni hijos de un error, ni sobrevivientes de un pasado roto.
Esa noche fuimos dos corazones…
amándose sin permiso, pero con toda el alma.



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