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EL LÁPIZ INMORTAL

Publicado por nico21 el 10/12/2015 · Categorías: Creación

El lápiz inmortal

Hola me llamo Calimero y nací en el año 2010, bueno, más bien, me fabricaron en ese año. Cómo que te “fabricaron” os estaréis preguntando, bueno, pues sí, soy un lápiz, no siempre los personajes de los cuentos son personas ¿sabéis?

Me fabricaron en una fábrica de Chicago, de ahí mi asombro, de haber acabado en España.

Me compraron un año después de “nacer” en una papelería, de la cual su nombre no recuerdo. Me compró un chico de unos 12 años, en ese momento solo rogaba que hubiese tenido suerte, y sí, fue exactamente así.

Mi dueño se llama Diego y es un chico muy majo y por supuesto con muchos amigos. Quizá por eso en clase habitualmente se distrae con los compañeros.

Yo vivo en el estuche de Diego, como ya dije tuve suerte, así que puedo decir que es un estuche limpio y ordenado. Allí tengo muchísimos amigos: está Colorín (lápiz de color), Rayón (bolígrafo), e Importantín (subrayado)…

Mi mejor amigo es “el minitas”, la verdad es que no sé muy bien porque le llamamos así. Tiene la misma edad que yo, pero él nunca disminuye, lo explico: nosotros no crecemos sino que nos sucede justo lo contrario: nosotros nos vamos reduciendo, mientras que él siempre está igual. De media nosotros tenemos más o menos 1 año de vida.

Lo que quiero contar ahora es algo que me afectó mucho sentimentalmente. Cuando tenía 11 meses y ya estaba muy achicado el Minitas me explico que él no era como yo, que no era un lápiz, si no, un portaminas (supongo que dé allí su nombre y que no se hiciera nunca más pequeño), por un momento no entendí nada, entonces me dijo que él era “inmortal”, que al él le renovaban su grafito cada mes.

Desde que me lo dijo estuve un tiempo sin hablarle, no sé muy bien porque. Al poco tiempo, se me acercó y me reveló que él en realidad preferiría tener mil veces más mi estilo de vida que el suyo, ya que a él, le operaban cada mes. Eso, le afectaba profundamente: en su carácter, sus sentimientos, y sus emociones...

Ya que no he vivido lo mismo que “el Minitas”, no podría decir esto con total certeza pero, yo hubiera preferido ser inmortal.

Un día de repente “el minitas” desapareció, así, sin más. Surgieron rumores de que se había escapado.

Entonces unos días después me entere de que Diego, mi dueño, lo había tirado a la papelera, porque ya se había cansado de él (aburrido).

Ahora sé que al fin y al cabo nadie es inmortal y solo me preocupo de vivir al máximo, el tiempo que me queda para volver a encontrarme en un futuro con “el Minitas”.