Cibercorresponsales

Cuatro meses de soledad.

Publicado por uncolored_soul el 05/12/2015 · Categorías: relatos

Con esta semana, se cumplían cuatro meses justos desde que empecé primero de bachillerato en un instituto totalmente nuevo y desconocido para mí.

Cuatro meses en una clase con gente totalmente distinta, con la cuál, no he iniciado ninguna conversación, ni siquiera mantenido las escasas palabras que me dirigieron mis nuevos compañeros en septiembre.

Se podría decir, que en estos cuatro meses de curso, no he hecho ninguna nueva amistad. Ni parece que lo vaya ha hacer.

Desde el primer día, mi asiento ha estado al final de la clase, al lado de la puerta. Es un buen sitio, no pretendo cambiarme. Puedo llegar justo a la hora y no tener que esquivar las mochilas de nadie. A la salida, más de lo mismo, salgo rápidamente sin hacer contacto visual y sin tener que disculparme al chocarme con alguien al recoger mis cosas.

Pero lo mejor de todo, es que no tengo compañero de mesa, no tengo que compartir mi libro si a esa persona se le olvida y estar más juntos de lo normal, no tengo que mantener conversaciones incomodas con nadie. Sin duda, lo que más me gustaba de mi sitio, era la mesa vacía a mi lado.

Era. Porque al parecer, hace justamente dos semanas, ese asiento vacío y solitario, únicamente ocupado por mi archivador, empezó a tener un nuevo propietario.

Un chico nuevo que se acababa de mudar, y que prefirió sentarse a mi lado, que en la otra punta de la clase, detrás del más mayor y egocéntrico de la clase.

Puede que fuera por eso, puede que prefiriera sentarse al lado de una chica bajita e inofensiva, que detrás del chico más alto y con pintas de esperarte a la salida si te quejabas del olor a cigarro que desprendía desde primera hora.

Al menos, eso fue lo que pensé, lo más lógico y razonable. Pero a los diez minutos de su primera clase a mi lado, me dejó claro que me equivocaba.

- Me gusta la chapa de tu mochila. ¿Has visto la cuarta temporada? Sin duda es la mejor.

Al principio dudé de lo que hablaba, y de por qué me hablaba, pero luego me di cuenta de a que se refería. Al entrar a la clase, había visto una de las chapas de mi serie favorita en mi mochila. Y la había reconocido.

- Sí... sí la he visto... Y sí, es la mejor de las cuatro.

El chico nuevo de cuyo nombre he olvidado, aunque su presentación haya sido apenas una hora, sonrió.

- ¿Sabes? No creo que Dave mereciera morir salvando a aquella vagabunda. Sinceramente, esa chica debería haber muerto en su lugar.

Y me volvió ha hablar, aunque mi respuesta a su anterior pregunta hubiera sido tan vaga y silenciosa, lo volvió ha hacer. Aunque le mostraba factores de no querer hablar, él lo hizo de nuevo, ignorando por completo el que quisiera o no hablar con él.

- Si Dave no se hubiera sacrificado -carraspeé-, el edificio se habría derrumbado, matando a todos los demás.

- Oh... cierto...

Tras unas preguntas más, me rendí y empecé a hablar con él con algo más de ganas, pensando en que llegaría un momento en el que la conversación llegaría a su fin.

Pero me volví a equivocar.

Cuando terminamos de hablar de aquella serie, empezamos con otra, y luego otra, y después pasamos a nuestros gustos.

Hacía algo más de cuatro meses que no hablaba de mis gustos con nadie...

Y así, clase tras clase, estuvimos hablando. De hecho, el profesor de Griego nos tuvo que llamar la atención en una ocasión. Lo que más me sorprendió no fue el que me regañara, si no el que supiera mi nombre.

- ¿Sabes? Me has caído muy bien, ¿por qué te sentabas sola?

Y como si el destino hubiera querido salvarme de tener que responder a esa pregunta algo incómoda para mí, el timbre que indicaba que ya podías volver a casa, resonó por todos los pasillos del instituto.

Me inventé una triste excusa para tener que irme rápido y sin responder a esa pregunta, y cuando estaba a punto de salir por la puerta, el chico nuevo se giró y me miró.

- Bueno vale, pero mañana seguimos hablando eh. Que quiero seguir hablando contigo.

"Mañana seguimos hablando"

Parece que después de cuatro meses sin interactuar con nadie, mi era de pasar desapercibida se ha acabado. O al menos, para aquel chico nuevo.

Aquel chico nuevo que había entrado a la clase, vestido de negro de la cabeza a los pies. Con cara de pocos amigos, y con pinta de ser el típico chico malo que se salta cada clase solo para meterse en problemas a propósito.

A aquel chico nuevo, de cuyo nombre sigo sin saberme, le había caído bien, y él me había caído bien a mí.

Y por primera vez desde que comencé el curso, volví a casa sonriendo.

Pueeeeees, por fin he subido otro post!! *si me quejo ahora que solo hacen unas semanas desde que subí el primero, cuando lleve más de un mes me va a dar un chungo xd*

Espero que os gsute :D

La verdad es que lo he escrito en clase de latín. Y si me vais a regañar por no estar atenta, mi escusa será que a esa mujer no hay quien la aguante je je je...

Pero bueno, más o menos me enteré de la clase... más o menos...

En fin...

¡Con esto me despido! ¡Hasta el próximo post! :3