Cibercorresponsales

Bruma, capítulo 12

Publicado por rocio_dreamcatcher el 31/03/2014 · Categorías: Pensamientos, Creación, Libros, mi novela, LJDH, tristeza, personalidades, capítulo importante!, valentía, impactante, Escribir, Nostalgia, Bruma

Capítulo 12. Niños desesperados manchándose las manos de tierra y sangre, ¿Cómo puede gustar eso a la gente?

El despertador suena, y me veo obligada a levantarme. Desayuno un café con unas tostadas  y me visto. No me gusta el café, pero tengo que estar despierta. Hoy puede ser el último día de la vida de dos personas que ahora son mi responsabilidad.

Despierto a Xaswol y Alisson, y les obligo a desayunar mucho. Por suerte, no ponen pegas. También les recomiendo beber mucha agua y estirar los músculos para estar preparados, y les hago tomarse unas pastillas de cafeína. Todo eso me hace parecer una madre estresada, y Alisson lo nota.

- ¿Por qué te preocupas tanto por nosotros, si vas a dejarnos morir?

- Si morís ahí dentro hoy es porque queréis. Solo os ayudo para no caer rendidos demasiado pronto.

Se va sin dirigirnos la palabra. Xaswol me mira fijamente con ojos llorosos y rodeados de ojeras.

- Dame un último consejo, por favor.

- Coge del baño de sangre lo que tengas más cerca y sal corriendo. Evita con todas tus fuerzas acercarte a los del 1, porque te engañarán- me sorprenden mis propias palabras, porque estoy descubriendo el plan de Cashmere y Gloss sin que lo pongan en práctica siquiera-. ¿De acuerdo?

- De acuerdo, Johanna- dice, y se da media vuelta. Pero cuando ha avanzado unos pasos se gira, corre hacia mí, y me abraza.

- Xas… Xaswol, todo va a salir bien. Venga, tranquilo- le digo, a la vez que le doy palmaditas en el hombro para tranquilizarle. Él tiembla, como si llorara por dentro. Es algo que yo a veces hago.

- Eres la mejor mentora del mundo, Johanna. Siempre te estaré muy agradecido, ¿vale?- me dice con voz entrecortada, casi con lágrimas en los ojos.

- Vale, Xaswol- le doy un abrazo y puedo sentir cada una de las vértebras de su espalda. Con toda la pena del mundo, solo un pensamiento de esperanza se forma en mi mente: ojalá su muerte sea lo más rápida y menos dolorosa posible. Es una gran persona.

Donna viene corriendo y se une a nuestro abrazo. Desea “que la suerte esté siempre, siempre de tu parte” a Xaswol y me anuncia a mí que debo acompañarle a él y a Alisson a los aerodeslizadores y explicarles más o menos el proceso.

- Ahora os pondrán el traje adecuado para la arena y os ofrecerán agua. Bebéosla, no se sabe cuando volveréis a hacerlo- “ni si volveremos” oigo susurrar a Alisson-. No saltéis de las plataformas antes de tiempo u os volarán en pedazos. Sed inteligentes en todo momento y manteneos vivos el mayor tiempo posible.

Llega el aerodeslizador con sus estilistas (a quienes no conozco ni quiero conocer) y recoge a mis dos tributos. En seguida llega Donna con mucha prisa y me lleva a una sala llena de mentores. Me sorprende el hecho de que no conozca a casi nadie, pero bueno, es mi primer año.

Entonces, aparece en pantalla la arena de los 72º Juegos del Hambre.

Mi primer pensamiento no es otro que “menos mal que les dije que bebieran”, porque nos encontramos ante un desierto. No quiero pensar el calor que hará ahí, y el frío que hará por las noches. La crueldad de los vigilantes es tan inmensa que, por un  momento, la ira casi me consume. Me siento en una silla al lado de Finnick, y él me dirige una mueca de comprensión.

- Es lo que hay, querida. No te hagas ilusiones con ningún año.

Dios, y pensar que voy a estar viviendo esto toda mi vida, que va a convertirse en rutina, año tras año ver morir a personas inocentes que inevitablemente cojo cariño, y sin poder querer a nadie a no ser que quiera venderme. Con estas expectativas, llevar la vida que lleva Valentine o Haymitch no me parece algo tan horrible.

En ese momento, los tributos ascienden y aparecen en las plataformas. Llevan unas camisetas básicas y mayas largas, aunque encima tienen unas finas chaquetas que les protegerán del sol. Consigo localizar a Xaswol y Alisson, y la cuenta atrás empieza. Veo las caras de los tributos asustados, a sabiendas de que pueden morir en menos de cinco minutos.

10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1…

Es difícil distinguir a todos los cuerpos chocando y tratando de matarse entre sí. Distingo a Alisson muy abajo, intentando aferrarse a una parte de la cornucopia cuando un tributo (creo que del distrito 2) la mete un cuchillazo y deja de respirar. Es cruel hasta para ella. No localizo a Xaswol, y me voy preocupando progresivamente. Hay muchos cuerpos tirados en el suelo, me parece que once o doce. Hay gente que escapa, y otros que aún luchan. Las heridas de los tributos se infectan por la arena y el polvo, y es horrible hasta verlo. Creo que estos Juegos del Hambre no durarán mucho.

Cuando ya ha acabado el baño de sangre, o al menos no hay gente viva cerca de la cornucopia, empiezan a sonar los cañonazos. Cuento doce en total, no está nada mal. Aunque, si mal no recuerdo, fueron trece el año pasado. Solo espero que Xaswol haya sobrevivido…

A continuación se proyectan videos de tributos corriendo y peleas en otras partes de la arena. Me doy cuenta de que, muy al fondo, hay una costa. La cámara se va acercando a medida que un tributo corre hacia ella, y se puede ver más claramente que no es un desierto lo que vemos, si no una isla. El tributo se acerca sigilosamente y prueba un poco de esa agua. El agua del mar está salada, al menos la del mar del Distrito 4, pero ese tributo no le pone pegas.

Se ve a la gente escondiéndose de los demás, ordenando sus provisiones o tratando de encontrar algo comestible. En un momento veo a Xaswol oculto detrás de unas rocas, espiando a unos tributos que no conozco. “Bueno, al menos él está vivo”, pienso, a la vez que suelto un suspiro de alivio.

Por la noche nos hacen una recopilación de los muertos con sus respectivas muertes, pero nada de esto es nuevo porque era de visión obligatoria en los distritos. Me acuerdo de que lira siempre se tapaba los ojos, pero Henry gritaba y hacía críticas con que él lo haría mejor. “¿Ah sí? Me gustaría verte sobreviviendo al primer día” pensaba yo. Ahora desearía haberlos querido un poco más.

Nos vamos pronto a dormir, Finnick me dijo que mañana nos esperaba un día duro. Por la expresión de su cara y el tono con el que lo dijo puedo asegurar que más dura aún va a ser para él. Por un momento pienso que si él no desearía que sus tributos murieran para no tener que venderse por ellos, pero me corrijo rápidamente. Solo yo soy tan retorcida como para pensar eso.

Decido dormirme pronto e intentar descansar un poco, porque mañana tengo que trabajar. Pero ahora solo puedo pensar en Xaswol y en los demás tributos, en las calamidades que puede que estén pasando, en las posibles muertes que pueden estar ocurriendo en este mismo momento, y en que todos ellos, repito, todos ellos tienen los minutos contados.

Lo que sienten ahora mismo es el más puro miedo, ese que te congela los músculos y controla tu mente. Lo sé por experiencia.