Bruma, capítulo 2
Capitulo 2. Una mirada como si de un cuchillo se tratase.
Millones de ojos están puestos en mí ahora mismo. No solo los del distrito, sino también los de cualquier persona que pueda permitirse verme por la televisión. Por un momento pienso en mi prueba con los vigilantes y, comparado con esto, es una verdadera nimiedad. Pero aún así, estoy obligada a hacerlo. Me han dicho que tengo que buscarme su perdón, que debo hacer que no me olviden. Me centro en ambas cosas, y empiezo a hablar.
- Buenas tardes. Sé… sé que la mayoría de aquí me odiáis, y la verdad es que no os culpo- bien, Johanna. Una buena manera de buscarte el perdón de alguien es darle razones para odiarte-. Yo también lo haría. No voy a ser de estos vencedores que dicen “oh, ojala hubieran ganado vuestros tributos en vez de mi mismo. Se lo merecían”, porque todos sabemos que eso no es verdad. Solo quiero que sepáis que un vencedor puede llegar en cualquier momento, solo hace falta algo de inteligencia, confianza, y un poco de suerte. ¿Sabéis? El Capitolio insiste en que Los Juegos del Hambre son una forma de unirnos. Y la verdad es que lo consiguen, pero no de la forma en que ellos creen. Nos unen por una causa común: el odio que sentimos hacia ellos. Pero, pensadlo. Si de verdad quisieran solamente meternos miedo, ¿por qué no coger a veinticuatro tributos y matarlos a todos? Yo os doy la respuesta: nos necesitan. Somos imprescindibles para ellos porque, ¿de dónde iban a sacar su preciado maquillaje si no es del Distrito 1? ¿Cómo iban a calentarse en las casas si no es con el carbón del Distrito 12? ¿Y el papel que les proporcionamos en el 7, qué iban a hacer sin él? Aunque lo oculten, somos imprescindibles para ellos. Y eso les hace débiles. Y eso nos da esperanza.
Segundos después de terminar, cuando parece que están demasiado enfadados conmigo para hacer ningún movimiento, una chica de unos veinte años aplaude. Las personas de su alrededor también lo hacen. Poco a poco, la plaza se llena de aplausos, al principio tímidos, y luego fuertes.
Me obligo a sonreír, aunque siento clavada como si de cuchillo se tratase la mirada de un chico muy parecido a la chica del 12, a la que murió en la avalancha. A la que murió por mi culpa. Palabras salen de mi boca, sin apenas poderlas contener.
- El tributo masculino del este Distrito murió en el baño de sangre, y no se me presentó ninguna ocasión de ayudarle. En cambio, la chica… ella murió por una estúpida avalancha que muy posiblemente yo creé. Y lo peor de todo es que pude salvarla, pero no lo hice. Solo vi unos segundos su rostro, demasiado joven e inocente para morir. Lo siento. Me dejé llevar por el pánico. Ojalá la hubiera salvado. Sé que nunca me perdonaréis por lo que hice, pero aún así… quiero que sepáis que lo siento muchísimo.
Hay más aplausos, pero esta vez no encuentro la mirada del chico. Es muy posible que se haya ido. Decido olvidarme del tema, y abandono el escenario.
Abro la puerta del Edificio, Finnick, Blanca y Annie están dentro.
- Lo has hecho muy bien, Johanna.
- Gracias, Annie.
- Bueno, después de un rato tendrá lugar la cena de los distritos- anuncia Donna, que acaba de llegar. Lleva un gran vestido rojo y una peluca negra. Creo que se ha hecho una intervención quirúrgica para tener los labios tan carnosos-. Tendréis que portaros muy bien con las personas de este distrito, pues tienen que pagar parte de su dinero para esta cena.
“Ojalá no lo pagaran”- pienso- “Ojalá nos fuéramos de aquí ahora mismo y pudiera olvidarme de la horrible mirada de aquel chico”.
Por alguna razón, sé que esa mirada se va a quedar en mi memoria mucho tiempo.
No me molesto en cambiarme. Me peino un poco y salgo al pasillo, donde Finnick y Annie están… bueno… no me da tiempo a volver a mi habitación sin que noten mi presencia. Annie se sonroja en seguida y yo no puedo evitar reírme por lo bajo.
- Vaya, al menos parece que alguien se lo está pasando bien en esta gira- ironizo.
- Hay que buscar el lado bueno de las cosas, Johanna- me dice Finnick, con una sonrisa en la cara. No le había visto tan feliz desde… bueno, creo que nunca le había visto tan feliz.
- No rompáis muchas camas esta noche- digo, y mientras ambos me miran con los ojos como platos, me voy hacia el salón aguantándome la risa.
Magde está peinándose en frente de un gran espejo. Decido acercarme a ella.
- Ha sido un discurso bonito, Johanna Mason.
- Oh, llámame solo Johanna. Y muchas gracias.
Como sé que nuestra conversación no va a alargarse mucho más, sigo adelante. Me gustaría hablar con Finnick y Annie, pero soy consciente de que ellos no quieren usar sus lenguas para hablar conmigo en estos momentos. Espero a que pasen las horas pacientemente e, inevitablemente, empiezo a pensar en el tema que llevo evitando desde el final de los Juegos.
Josh.
Nunca he triunfado en el amor, ni mucho menos. Siempre he sido la chica rara que no se junta con nadie. No quiero triunfar, porque eso sería tener una debilidad. Y es lo último que necesito en estos momentos. Pero ahí está, ese maldito poder del recuerdo. Cada risa compartida, cada broma gastada, ¿no era amor al fin y al cabo? Él, ese chico que tuvo que morir para darme cuenta de que le amaba. El que me puso nombre, la chica de las hachas. En este momento me prometo que no ha muerto en vano. Vengaré su muerte de alguna forma.
La cena transcurre. Hay gente por todos lados, pero ninguno parece feliz. ¿Quién va a estarlo? Veo a Finnick hablando con el que probablemente sea Haymitch. Me acerco a ellos, no me equivocaba. Está algo ebrio y me saluda poniendo su mano sobre mi hombro.
- Johanna Mason… Ten cuidado, querida. El capitolio… quiere venganza- de repente se ríe, como si hubiera visto algo gracioso-. Ya me voy, Odair. Tengo que atender un… asuntillo. Ya nos veremos.
Se va dando trompicones y tropezando con todo el mundo. Miro a Finnick y él se encoge de hombros.
La noche pasa más o menos rápido. Hay hasta gente que se me acerca para dedicarme algunas palabras, la mayoría dicen que admiran mi valentía, que les ha gustado mis discurso, o cosas por el estilo. Yo sé que no es verdad. ¿Por qué se molestan en decirlo?
A la madrugada partimos al Distrito 11. Solo puedo decir una cosa de él, lo que me da más impresión cuando llegamos. Es un Distrito enorme.




Comentarios
corcheita44 - hace más de 11 años
Ahhhhh gracias Roci te quierooooo!!! =D
corcheita44 - hace más de 11 años
Jajajajajajaja! me he partido de risa cuando he leído este capítulo. De verdad sigue así por favor!!!! Jajajajajajajajjajajaja.
180holas - hace más de 11 años
SI esto e lo que dice de la chica del doce, no me puedo imaginar lo que pensará Johanna cuando valla al distrito cuatro ;(
rocio_dreamcatcher - hace más de 11 años
Muchas gracias Corcheita!!! Sobretodo con la escena de Finnick y Annie xD
rocio_dreamcatcher - hace más de 11 años
Prepárate para el distrito 4, Isma. Prepárate.
180holas - hace más de 11 años
No seas muy cruel ;(
rocio_dreamcatcher - hace más de 11 años
No voy a ser muy cruel. Solo un poquito
180holas - hace más de 11 años
jajaja
corcheita44 - hace más de 11 años
Aaahhhh la de ganas que tengo de leer más!!!!!
180holas - hace más de 11 años
Y yo... Supongo que subirá el tercero pronto
rocio_dreamcatcher - hace más de 11 años
No me metas prisa e.e Lo subiré mañana, seguramente
No se pueden incorporar más comentarios a este blog.