Bruma, capítulo 20.
Capítulo 20. Muertes, deudas, todo está a punto de terminar.
Cato y Clove se piensan muy bien eso de ir. Está claro que lo que hay ahí les podría servir para ganar, todos lo saben, pero no quieren arriesgarse.
La comadreja sí lo tiene más claro. Ya he dicho que es la más inteligente de todas, así que no se piensa ni dos veces esconderse dentro de la cornucopia para que, en cuando los aerodeslizadores dejen lo que necesita, lo coja y se vaya corriendo.
Thresh vuelve despacito, decidido a llevarse lo que quiere, y de paso, a quitarle la vida a alguien más. Ahora entiendo a los del 2. Saben que les tiene en punto de mira.
Por otro lado, están los trágicos amantes del distrito 12. Peeta se niega rotundamente a que Katniss vaya, pero ella sabe que debe hacerlo. Él aún no está recuperado, y seguro que en el banquete estará la medicina que necesita.
No quiero que Peeta muera, no todavía, así que cuando Haymitch abandona la sala, le sigo de inmediato.
Lleva la mitad del pasillo recorrido cuando salgo, y se gira en cuanto me oye.
- ¿Johanna Mason? ¿Buscabas a alguien?- lo sabe perfectamente.
- Sí. Me preguntaba cómo ibas a conseguir que la chica vaya al banquete.
Me mira intrigado. Nunca muestro mucha atención por los tributos de otros distritos. Puede que este año el 12 sea el distrito más famoso, pero no se esperaba que fuera a llamar mi atención.
- Aún no lo sé. No creo que pueda convencer al chico, tiene las ideas muy claras, es un poco cabezota. Iba a salir a tomar el aire- el aire y algo de alcohol, ¿no?- para aclarar las ideas.
- Bueno, si yo te dijera que he tenido hermanos pequeños y sé exactamente lo que hay que hacer cuando se ponen demasiado pesados…- despierto su curiosidad con estas palabras, y se acerca a mí.
- ¿Qué tendría que hacer a cambio?- toma un tono mucho más confidencial. Quiere negociar conmigo.
No había pensado en la otra parte del trato.
- Por ahora, nada. Pero se podría decir que estarás en deuda conmigo…
Se lo piensa. No confía en mí, pero no le culpo. No soy una persona en la que se pueda confiar fácilmente. Engañé a Panem entero con un vestido y unas cuantas palabras. Pero el quiere lo que yo tengo. De verdad lo quiere, porque al final acaba por resignarse.
- De acuerdo, Johanna.
Sonrío.
- Jarabe somnífero.- Digo, y veo, progresivamente, como pone los ojos en blanco. Seguro que también hay en el 12.
En el 7 es una droga muy común. Todas las curanderas nos lo dan cuando tenemos una herida muy fea, y también a algunos pacientes cuando están en las últimas, para que no duela tanto.
Es bastante barato, y no niego que le haya metido un poco a Charlie en la comida cuando no miraba. En el día de los Santos Inocentes nadie se acostaba sin haber consumido una ración.
- Cómo se me puede haber pasado…
Sonrío de medio lado.
- Gracias, Johanna.- No digo “De nada” porque claro, ahora está en deuda conmigo.
- Un placer hacer negocios contigo.
Le tiendo la mano y me la estrecha bruscamente. Pero yo sé que no me odia. Probablemente le acabe de salvar la vida a Peeta Mellark.
El jarabe surge efecto en ellos.
Clove convence a Cato de ir ella y dar un buen espectáculo.
La comadreja ya está en la cornucopia.
Thresh está al acecho a pocos metros de Katniss, sin saberlo.
Nadie pasa una buena noche. Yo hablo con Finnick hasta las seis menos cuarto, cuando decidimos ir al ático a ver el amanecer, sabiendo que no vamos a dormir nada.
En la sala de proyecciones nos sentamos en primera fila, y me da la mano discretamente, tapándolas luego con su chaqueta. Las mochilas están preparadas, y la comadreja no tarda en actuar. Sale. La coge. Se va. Las caras de los demás tributos expresan odio, envidia, y en el fondo, admiración.
La siguiente es Katniss, y Clove sale casi a la vez, cogiéndola casi al instante y tirándola al suelo.
-¿Dónde está tu novio, Distrito 12? ¿Sigue vivo? - pregunta.
-Está aquí al lado, cazando a Cato
Clove le da un puñetazo a la altura de la tráquea, lo que sirve a la perfección para callarme. Sin embargo, mueve la cabeza de uno a otro lado, por lo que entiendo que, durante un instante, ha pensado que le estaba diciendo la verdad. Como no aparece ningún Peeta para salvarla, se vuelve de nuevo hacia ella.
-Mentirosa -dice, sonriendo-. Está casi muerto, Cato sabe bien dónde cortó. Seguramente lo tienes atado a la rama de un árbol mientras intentas que no se le pare el corazón. ¿Qué hay en esa mochilita tan mona? ¿La medicina para tu chico amoroso? Qué pena que no la vaya a ver. -Clove se abre la chaqueta y veo que está forrada con una impresionante colección de cuchillos. Selecciona con parsimonia uno de aspecto casi delicado, con una cruel hoja curva-. Le prometí a Cato que, si me dejaba acabar contigo, le daría a la audiencia un buen espectáculo. –Katniss se retuerce para intentar desequilibrarla, pero no lo consigue-. Olvídalo, Distrito 12, vamos a matarte, igual que a tu lamentable aliada..., ¿cómo se llamaba? ¿La que iba saltando por los árboles? ¿Rue? Bueno, primero Rue, después tú y después creo que dejaremos que la naturaleza se encargue del chico amoroso. ¿Qué te parece? Bien, ¿por dónde empiezo?
Le observa la cara durante un momento, volviéndola a un lado y otro, como si fuese un bloque de madera y estuviese decidiendo qué diseño tallar. Katniss Intenta morderle la mano, pero Clove la coge el pelo de la parte de arriba de la cabeza y le obliga a
apoyarla en el suelo.
-Creo... -Parece tan contenta que sólo le falta ronronear-. Creo que empezaré con tu boca.
-Sí, creo que ya no te hacen mucha falta los labios. ¿Quieres enviarle un último beso al chico amoroso? De acuerdo, vamos a empezar.
Todos estamos tan atentos mirando la escena que no nos damos cuenta de que Thresh se acerca por detrás y levanta a Clove.
Ella cuelga de sus brazos, a treinta centímetros del suelo. Recordaba que era grande, pero es enorme, mucho más poderoso de lo que creía. Incluso parece haber ganado peso en el estadio. Le da la vuelta a Clove y la tira al suelo.
-¿Qué le has hecho a la niñita? ¿La has matado?
Clove está retrocediendo a cuatro patas, como un insecto desesperado, demasiado atónita para acordarse de llamar a Cato.
-¡No! ¡No, no fui yo!
-Has dicho su nombre, te he oído. ¿La has matado? --Otra idea hace que se le retuerza la cara de rabia-. ¿La cortaste en trocitos como ibas a cortar a esta chica?
-¡No! No, yo no... -Clove ve la piedra que tiene Thresh en la mano, del tamaño de una pequeña barra de pan, y pierde el control--. ¡Cato! --chilla--. ¡Cato!
-¡Clove! -oigo gritar a Cato, pero calculo que está demasiado lejos para ayudarla.
¿Qué estaba haciendo? ¿Intentaba atrapar a la Comadreja o a Peeta? ¿O esperaba a que apareciese Thresh y se ha equivocado por completo con su ubicación?
Thresh estrella con fuerza la roca en la sien de Clove. No sangra, pero veo la marca en el cráneo y sé que está perdida; sin embargo, le queda algo de vida, porque veo que se le mueve rápidamente el pecho
y deja escapar un gemido.
Cuando Thresh se vuelve hacia Katniss con la piedra levantada, sé que no me serviría de nada correr. Está atrapada en la ira de sus extraños ojos castaño dorado.
-¿Qué quería decir? ¿Qué era eso de que Rue era tu aliada?
-Yo..., yo..., nosotras formamos un equipo. Volamos en pedazos las provisiones. Intenté salvarla, de verdad, pero él llegó primero. Distrito 1 --responde.
-¿Y lo mataste?
-Sí, lo maté, y a ella la cubrí de flores. Y canté hasta que se durmió.
-¿Hasta que se durmió? -pregunta Thresh, con voz áspera.
-Hasta que se murió, canté hasta que se murió. Vuestro distrito... me envió pan. -Levanta la mano, pero no para coger la flecha que
nunca alcanzaría, sino para limpiarse la nariz-. Hazlo deprisa, ¿vale, Thresh?
Veo emociones contradictorias en el rostro de Thresh, que baja la roca y le apunta con el dedo, casi como si me acusara.
-Te dejo ir sólo esta vez, por la niñita. Tú y yo estamos en paz. No nos debemos nada, ¿entiendes?
Katniss asiente con la cabeza, y se va corriendo con su mochila en el hombro.
--¡Clove!
La voz de Cato está mucho más cerca; sé, por el dolor que refleja, que ya ha visto a la chica en el suelo.
Thresh y las dos mochilas grandes desaparecen por el llano hacia la zona que todavía no he visto. Cato se arrodilla al lado de Clove, lanza en mano, suplicándole que se quede con él. Dentro de nada se dará cuenta de que es inútil, de que no puede salvarla.
Me duele ver esa escena, porque sé exactamente lo que Cato siente. Giro la cabeza, y me encuentro con unos puños apretados. Brutus. Él confiaba en que no murieran.
Realmente, todos pensábamos que ellos iban a ser los vencedores.
Cato grita y llora, preso de un ataque de ansiedad. Grita a Clove que vuelva, y maldice en alto a todo el mundo.
- Cada persona es diferente. Cada uno interpreta la muerte de una forma, y le afecta acorde con lo que siente. Él estaba loco por ella.- Susurra Finnick. No lo podría haber expresado mejor.
Dos días más tarde, Thresh muere. Cato lo desarma y le corta los dedos de las manos, luego le va cortando los pies enteros, y más tarde los brazos y las piernas. Lo descuartiza lentamente, y aun sabiendo que está muerto, le sigue quitando más partes del cuerpo. Al final le perfora el pecho (separado de todo lo demás) y le arranca el corazón con las manos, de cuajo. Lo tira a la hierba y luego lo pisa una y otra vez. “Por Clove”, repite una y otra vez.
Seeder, la mentora del 11, se desmaya casi al principio. No sé quien dice: se ha perdido lo mejor.
Katniss y Peeta salen a cazar poco después.
Y me gustaría decir que la comadreja murió de hambre porque, realmente, esa fue la única razón como para cometer el error que le costó la vida. Peeta estaba cogiendo frutos mientras Katniss cazaba, y cogió por accidente Jaulas de la Noche. No hace falta decir que si las tomas, mueres antes de que lleguen a tu estómago. Pero creo que ni siquiera la mitad llegaron a la mochila, ella se las arrebató de inmediato.
Y también de inmediato murió.
Los del 12 se pegaron un buen susto, y estuvieron luego al acecho por Cato hasta que descubrieron la verdad.
Estuvieron luego unas horas buscando- o escondiéndose- de Cato hasta que los vigilantes decidieron que había llegado la última noche. La noche donde se decidiría todo. Todo se oscureció de pronto, y sin más demora, una especie de lobos demasiado dotados para serlo realmente, físicamente parecidos a los demás tributos caídos aparecieron, haciendo que los tres cuerpos perdieran toda la racionalidad y corrieran hacia la Cornucopia.
Mutaciones.




Comentarios
corcheita44 - hace más de 11 años
Me me me memememememememememe ENCANTAAAAAA. Lo has resumido todo muy bien pero no te has dejado nada!!!! Creo que te amo *-*
flashali - hace más de 11 años
DIOOOOOS ESTÁ GENIAAAL!! *chillido agonizante* Mi amor :D Te echaba de menos ya, y a tus capítulos rebosantes de perfección ^^
rocio_dreamcatcher - hace más de 11 años
Corcheita: uf, lo que me ha costado resumir tanto... ¡Pero es que el capítulo se me hacía demasiado largo! Me alegro de que te haya gustado! ^^
rocio_dreamcatcher - hace más de 11 años
Flashali: Yo también echaba mucho de menos escribir... ¡Os prometo que el siguiente llegará muy pronto!
rocio_dreamcatcher - hace más de 11 años
MUCHAS GRACIAS A LAS DOS JO :')
_dennaselen - hace más de 11 años
Llego tarde pero aun asi merece la pena. Me encanta este caitulo. Como la misma Johanna Mason ayuda a los del distrito 12. Capítulo intenso, si señor
rocio_dreamcatcher - hace más de 11 años
Muchas gracias, Enobaria! ;)
_dennaselen - hace más de 11 años
no hay de que cariño, sabes que siempre digo lo que pienso. <3
partyflipa - hace más de 11 años
Me ha encantado esta frase: "Le observa la cara durante un momento, volviéndola a un lado y otro, como si fuese un bloque de madera y estuviese decidiendo qué diseño tallar."
rocio_dreamcatcher - hace más de 11 años
Me salió del alma esa frase
No se pueden incorporar más comentarios a este blog.