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La chica de las hachas, capítulo 13

Publicado por rocio_dreamcatcher el 14/12/2013 · Categorías: Curiosidades, Pensamientos, Creación, Libros, Cultura, mi novela, LJDH, diversion, La chica de las hachas, sarcasmo everywhere, erudición, Escribir, *Cara Pervertida del WhatsApp*

Capítulo 13. Josh empieza los dieciséis con muy buen pie (nótese la ironía)

Si mi rutina en el capitolio se basaba en comer y engordar, creo que en el tiempo que llevo aquí, en la arena, he adelgazado más de tres kilos. Parece que he perdido todos mis patrocinadores, sospecho que por matar a Jason y no aliarme con Fellow.

La buena noticia es que Josh y Samantha han tenido más suerte. Comparten conmigo las provisiones que les mandan en paracaídas. En cada uno hay una nota escrita por Finnick. En algunas hasta me menciona. Yo sé que Blanca me aprecia, pero mi falta de patrocinadores hace que no tenga ningún regalo. Me excuso diciendo que no quiero nada que venga de los Capitolianos, pero ni yo misma me lo creo.

Samantha me despierta. Al principio me niego a abrir los ojos, pero ella pone todo su esfuerzo, así que me incorporo lentamente.

- Hoy es el cumpleaños de Josh. Cumple dieciséis. Vamos a hacer un muñeco de nieve, y a ver si, con suerte, hay patrocinadores agradecidos- susurra.

- ¡Es verdad! Venga, no hay tiempo que perder.

Hacemos dos grandes bolas de nieve, y ponemos la más pequeña encima de la otra. Luego hacemos una un poco más pequeña y la ponemos encima de las otras dos. Encontramos piedras para los ojos, la nariz y la boca, y ramas para las manos. En el suelo, con otra rama más, ponemos en letras grandes “FELIZ CUMPLEAÑOS JOSH”.

Una parte de mí piensa en mi cumpleaños. Para mi sorpresa, no lo recuerdo con tristeza. Es cierto que les echo de menos, pero estoy convencida de que debo ganar los Juegos. Puede que eso me haya servido para alejar los sentimientos.

Cuando está todo terminado, vamos a despertar a Josh. Le gritamos “¡Feliz cumpleaños, Josh!” y él se levanta y empieza a correr y saltar gritando.

- ¡Bien! ¡Por fin! ¡Ya tengo dieciséis!

Quizá es una imprudencia gritar tan alto, pero da igual. Cuando ve el muñeco se emociona mucho y nos abraza. Pero eso no es lo mejor… un paracaídas aparece al poco tiempo, y dentro lleva… ¡Un pastel calentito! Es de color marrón, y está buenísimo. Creo recordar que ese alimento se llama chocolate.

Dentro lleva una carta escrita por Finnick. Felicita a Josh, y dice que lo estamos haciendo muy bien. Que sigamos así. Todo son celebraciones hasta que pasa lo que tiene que pasar. Ningún día es perfecto en la arena.

- Feliz cumpleaños, Josh. Feliz cumpleaños.- Nos giramos de repente. Increíble. Son Ashley, Sally, Bill y… Fellow. Siempre he sabido que es un traidor y un interesado, pero hasta ese punto. Me cuesta no tirarle el hacha que tengo en la mano. Ni siguiera recuerdo haberla cogido.

Pero Sally no se controla. Pierde la compostura en el momento en el que me ve. Es la chica del 1, la compañera de Jason.

- ¡Tú!- grita, mirándome- ¡Tú mataste a Jason! Serás…- dice, abalanzándose sobre mí. Por suerte, Bill la frena. Fellow ni se inmuta.

- ¿Sabéis? Sois bastante fuertes. Habéis conseguido engañarnos, y eso es imperdonable- Bill habla con una firmeza tal que por un momento prefiero a Sally tirándoseme encima-. Aunque no hemos venido aquí por eso. Incluso nuestros patrocinadores nos gastan bromas pesadas, nos han enviado una tarta de cumpleaños.

- Cuéntame otra- dice Samantha.

- Lo digo en serio. Mirad.

Ashley, quien ha estado un poco más apartada que los demás, camina unos pasos. Es bajita, muy pálida. Tiene el pelo muy negro, y los ojos verdes. Su mirada parece inocente. Recalquemos “parece”.

- ¿Queréis que os lea la nota? Mirad. “Se ha formado una alianza muy fuerte con los del distrito 4 y Johanna Mason. Hoy es el cumpleaños con el tributo masculino del distrito 4, Josh. Os pedimos que, a pesar de los riesgo que podéis correr. Les entreguéis esta tarta. Puede que de ese modo acepten aliarse con vosotros. Enobaria.”

- Con una condición- repongo- no os intentaremos matar, pero no os queremos volver a ver. ¿Entendido?- tengo la vista puesta en Fellow. Si las miradas matasen…

- De acuerdo- acepta Bill-. Adiós. Espero.

Se van tan rápido como han venido. Me acerco a la tarta. Meto el dedo, y cojo un poco. Lo huelo. Seria un olor muy atrayente si no tuviera ni idea de bayas. Como sospechaba, la tarta está envenenada.

- Ni se os ocurra comer esa tarta-advierto- está envenenada.

- Tranquila, no lo haremos- afirma Josh.

- Seguramente Enobaria escribió otra nota, diciéndoles exactamente lo que tenían que hacer- repone Samantha-. ¿Visteis sus Juegos? Mordía a los tributos para matarlos, y luego se hizo una operación para hacerse los dientes de oro y puntiagudos.

Me estremezco solo de pensarlo.

- Sonrisa perfecta- ironiza Josh.

Siempre he tenido una manía: morderme las uñas. Nunca le he dado mucha importancia, porque hacerme la manicura no está entre mis aficiones favoritas. Pero lo que nunca hubiera pensado es que esa manía estuviera a punto de matarme. Me llevo la mano a la boca y empiezo a morderme una uña. La uña del dedo que metí en la tarta. Samantha y Josh me miran aterrorizados.

El sabor se extiende por todas partes de mi boca. Delicioso. Pero ese placer solo dura unos segundos. Siento una gran falta de aire, y la garganta me arde. Grito. Todo me da vueltas. Después todo sentimiento es reemplazado por la oscuridad. Por un horrible momento pienso que he muerto, pero no. Aún escucho voces.

- Vale- creo que es la voz de Josh, pero no estoy segura- pero si se entera me va a matar.

- ¿Quieres darte prisa?- supongo que será Samantha.

Noto un peso recaer sobre mí. Otro también sobre mis labios. De repente mis pulmones se llenan de aire, pero no es mío. Alguien me está haciendo el boca-boca. Oigo una voz desesperada, que dice: “Venga, vamos. Sé fuerte. No vas a morir, Johanna. Y mucho menos hoy, ¿entendido? Vamos, por favor. Respira. Por favor.”