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La chica de las hachas, capítulo 17

Publicado por rocio_dreamcatcher el 25/12/2013 · Categorías: Creación, Libros, LJDH, tristeza, personalidades, las personas, La chica de las hachas, capítulo importante!, sarcasmo everywhere, valentía, impactante, remordimiento, Escribir

Capítulo 17: Ave atque vale

- Josh.- Digo a modo de saludo.

- ¿Qué tal, chica de las hachas?

- Con pesadillas, con frío y mal humor. Vengo para que, al menos, lo último se me quite.

- ¿Tienes cosquillas?- Inquiere, como si no hubiera escuchado nada de lo anterior.

- Si… pero ni se te ocurra- advierto.

Demasiado tarde. Me mira con cara de maniaco loco y empieza a hacerme cosquillas. Intento deshacerme de él, pero no puedo. Con toda mi fuerza de voluntad y entre carcajada y carcajada, consigo alcanzarle, y se las devuelvo.

- ¡No!- grita, pero, poco después, el también se está riendo sin parar.

Para. Después de vengarme unos veinte segundos más, yo también paro. Me duele la tripa de reír. Por su culpa.

- ¿Ves? Te he quitado el mal humor. De nada.

- ¿Pretendes que te de las gracias por hacerme cosquillas?

- Sí. Claro que sí.

Amanece. Despertamos a Samantha, y desayunamos la poca comida que nos queda. Lo peor es que la temperatura no sube casi nada respecto a por la noche, y eso no indica nada bueno. El capitolio quiere que estos juegos acaben, y aún quedamos seis.

- Nuevo plan.- Anuncia Samantha-. Vamos a darles caza a ellos. Teníais razón, ¿sabéis? No podemos estar escondiéndonos todo el tiempo. Tenemos que acabar con ellos.

- Vaya, Samantha. ¿Había demasiada cafeína en tus galletas?- inquiere Josh-. Qué gran cambio. Pero mejor así. Así pues, allá vamos.

Recogemos las cosas y las metemos en un saco. Lo escondemos lo mejor posible, y, todo lo armados que podemos, salimos en la búsqueda de los profesionales.

- Una cosa- digo de repente-. No se te ocurra volver a separarte como antes. Te buscan a ti, y son tres personas. Por muy buena que seas, no podrías contra ellos.

- No lo haré- asegura.

Caminamos más, pero no aparece nadie. Qué raro. Recorremos todas las partes de la arena posibles, pero no encontramos ningún rastro. Después de unas dos horas caminando advertimos una cosa: nos hemos perdido.

- No puede ser.

- Mejor será que intentemos volver al punto de partida, Samantha, y que empecemos a buscar de nuevo- sugiero.

- De acuerdo. Sí, tienes razón.

Nos disponemos a dar media vuelta cuando oímos una voz. La voz de Bill.

- ¿Se os ha perdido esto?- dice, señalando a nuestras cosas.

- O nos lo das, o te matamos- amenaza Josh-. Así de simple.

- Qué miedo- ironiza Sally-. Yo tengo otra idea mejor. Nosotros os damos vuestras cosas si vosotros nos dais a Samantha.

- Que te lo has creído, guapa- replico-. Como queráis, ¿por las buenas o por las malas?

- Pensaba que eras más inteligente, Johanna- dice Fellow, intentando enfurecerme-, pero ya veo que no lo eres. Una lástima.

Se adelanta y me lanza una lanza. Casi no me da tiempo a reaccionar, de hecho, me hace una brecha en el hombro. Ahogo un grito y una maldición, y le tiro un hacha. No le da por muy poco.

- ¿Es lo mejor que puedes hacer, Johannita? Eres patética. Y lo peor es que crees que estás haciendo lo correcto.

- No intentes darme lecciones de moral cuando tú vas por ahí con… ellos.

- ¿Crees que tus amigos son mejores?

Debería haberle tirado otra hacha, pero estoy paralizada de terror, mirando lo que sucede a mi alrededor. Bill y Sally luchan contra Josh y Samantha, y la pelea no estaba demasiado igualada. Bill hace un mandoble con su espada y arremete contra Samantha. Ella, con su cuchillo, no puede hacer nada. El cuchillo le da en la cadera, y cae, colmada de dolor.

Josh le fulmina con la mirada, y él sonríe, orgulloso de sí mismo. Pero esa alegría no le dura mucho. Josh esquiva su espada y le clava su tridente en la parte baja de la espalda. Él suelta un alarido y cae. Es su cañonazo el que suena el primero.

- ¿Qué vas a hacer ahora, Fellow? ¿Vas a seguir dándotelas de macho alfa sabiendo que Bill ha muerto tan fácilmente? Tus días están contados, entérate.

Sally corre hacia él, y le dice algo así como “no la hagas caso”. Él me dirige una mirada cargada de odio y ambos huyen. Cobardes.

Me dirijo hacia Samantha. Está tirada en el suelo, agonizando. Sé que no hay nada que pueda hacer para salvarla, y eso me destruye por dentro.

- Oíd- murmura-. Tenéis que llegar lejos. Tenéis que ganar. Por mí. Por todas las personas que quería. Prometédmelo.

- Samantha…- Josh se seca las lágrimas.

- Siempre estaré orgullosa de vosotros. Os quiero. A donde quiera que vaya, siempre estaré con vosotros.

Sonríe, y se le ve un poco de sangre en los labios. Le han roto un órgano importante, y se está desangrando por dentro. Se me saltan las lágrimas, y la abrazo. Josh se une a nosotras y nos fundimos en un abrazo grupal.

Un abrazo grupal que, después de un cañonazo, pasa a ser de dos. Miramos a Samantha, está sonriendo. Al menos ha muerto rodeada de personas que la quieren de verdad.

Sin pensar, me levanto y alzo tres dedos al aire. Josh me imita. Y espero que mucha gente más lo haga, en honor a Samantha Dallas.