Lagrimas
En las personas sensibles, el corazón siempre está al revés, el alma al revés y los ojos bien abiertos. Una lágrima a punto de caer, una sonrisa a punto de explotar. Viven en un equilibrio entre las alegrías y los dolores de la vida. No son perfectos, al contrario. A veces incluso se autodestruyen porque respiran por el pecho, nunca por los pulmones. Viven 1000 minutos cada hora. Las personas sensibles pueden sonreír por poco y llorar por nada, saben detenerse y maravillarse ante un arco iris, sonreír a un gato, mirar el mar y disfrutar de la paz y el tormento sin fin. Saben cómo convertir la arena en polvo de estrellas y hacer que un sueño brille en la oscuridad. Las personas sensibles saben ver más allá de las apariencias, más que una sonrisa, más que una lágrima. Más allá de la ira, más allá del dolor porque viven desde el corazón.
Inspirado en Guilia Silvo (poetisa y escritora italiana )



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