Cibercorresponsales

Hola chicos, hola chicas, hola chiques, ¡hola a todos! Hoy os vengo a hablar de mi experiencia con el estrés y/o ansiedad.

Yo desde muy pequeña me mordía las uñas, simplemente porque era una niña extranjera que no sabía cómo socializar por no saber el idioma y no tener amigos. Recuerdo que tenía amigos imaginarios y que cuando me aburria o me ponía nerviosa por el hecho de que no entendía lo que pasaba a mi alrededor, me mordía las uñas para relajarme. Este hábito siguió hasta mis días de hoy.

Mas adelante, cuando tendría entorno a los 8 años, ya me perseguían los estereotipos, porque yo desde muy pequeñita era más alta que los demás, además de que también tenía algo de sobrepeso para mi edad y mi entorno familiar no era el más agradable (todavía no estoy muy preparada para contar mi situación familiar). Llegue a tener las uñas ensangrentadas por todo lo que me las mordía y no era capaz ni de coger los lápices por todas las infecciones que llegaba a tener el los dedos por mi ‘’mal’’ hábito.

Pero yo no me di cuenta que era por estrés hasta hace pocos años, cada vez estaba más nerviosa por las cosas que pasaban, contestaba mal, lloraba porque no sabía cómo lidiar con los estudios, ya que yo nunca he sido una chica de sobresalientes. Como mucho sacaba un 8 en las asignaturas que me gustaban y me esforzaba mucho para llegar al cinco en otras asignaturas, era (y sigo siendo) algo desastre.

A los 10 años ya me empezaron a dar ataques de ansiedad por los cánones de belleza, además de que mi mejor, y única, amiga tenía problemas familiares y de acoso, así que se fue del colegio y me quede sin amigos y ahí empezó mi época de acoso escolar, era la ‘’acoplada’’ de la clase y siempre me excluían en todo. A veces había gente que tal vez no era tan distante y me preguntaban si estaba bien, pero no ayudaba de mucho ya que solo preguntaban y no hacían nada al respecto. Los profesores no hacían nada, era cosas de niños, o no tenían la capacidad de tomar medidas, y además no tenía el apoyo familiar porque no quería meter más problemas de los que teníamos ya en casa.

A los 11 empezaron a meterme notitas de papel de recortes de periódico diciéndome que ojala me muriese, ya me daba un poco todo igual, me desahogaba llorando y por suerte nunca me llegue a cortar por miedo a morirme y no saber lo que habrá después o porque también pensaba en que todo cambiaria cuando empezaría la ESO. Y así fue.

A los 12 ya no tenía ningún problema, tenía amigos, me llevaba bien con todo el mundo, bueno, tal vez alguien no me caía tan bien pero no nos decíamos nada. El estrés ya era más académico/familiar.

Antes de los exámenes de recuperación ordinarios, iba muy justa en lengua y el estrés de lo que suponía estudiar cosas que no entendía, además del estrés de mi familia que no iba a aprobar y solo saben ‘’animarte a que apruebes’’ mediante amenazas (de las cuales ahora no voy a hablar por el mismo motivo que dije antes) tuve un estrés tan fuerte que bajo a ‘’enfermedad’’ y estuve ingresada durante 10 días en el hospital por una supuesta ‘’migraña ocular’’ formada por el estrés.

A mis 13 (es decir hace casi 9 meses) ya me empecé a organizar, tome medidas de relajación para así no volver a llevar a un ‘’problema’’ físico/psicológico y lo único que puedo decir de este año es que tuve un ataque de ansiedad, del cual casi me desmayo en clase, por el constante ruido y estrés ambiental, pero poco más.

Ahora, os voy a dar unos pocos consejos de lo que puedes hacer para intentar evitar estos puntos tan fuertes de estrés o ansiedad.

Espero haberos servido de ayuda con este post, así que muchas gracias por leerme.

Muchos besos y abrazos.

~Anastastasia <3